El telegrama que desvincula a Larrea está firmado por Andrés Arias, presidente de la sociedad anónima cuyo máximo socio visible es Ramiro Nieto, el hombre de quien en su momento Sergio Urribarri se valió para desembarcar en El Diario y convertirlo en un cuasi boletín oficial. Fabián Larrea tiene esposa y 3 hijas y de aquí en más deberá buscar otros horizontes laborales para asegurar el sustento de su familia. En diálogo con ElEntreRíos dejó en claro que no se arrepiente de la protesta que encabezó en diciembre de 2016, cuando se acercaba la Navidad y sus compañeros no habían cobrado ni sueldo ni aguinaldo y la situación era desesperante.
"Me armaron dos causas, una penal y otra laboral. Entre todos los que pintan el frente de El Diario, que se pintó muchísimas veces, me apuntan a mí como delegado gremial y me hacen dos denuncias. Soy algo así como el chivo expiatorio, un ejemplar detestable para ellos. Disciplinan la tropa", disparó Larrea. La protesta que derivó en la causa judicial y cuya última consecuencia es el despido de Larrea tuvo lugar en la semana del 21 de diciembre de 2016, de lunes a viernes. "Estábamos sin cobrar los sueldos, sin cobrar aguinaldo. Había compañeros al borde del desalojo por no poder pagar los alquileres. Incluso el sindicato nuestro los apoyó con dinero para evitar que se queden sin lugar donde vivir", recuerda.
Aquella protesta logró que "el viernes 23 de diciembre, a las 11 de la noche, pagaran sueldos por caja, parte de los salarios por caja. Apareció la valija con efectivo", rememora Larrea.
El delegado del Sindicato Gráfico Paraná remarcó que la empresa que acaba de despedirlo le debe mucho dinero: "A mí me despiden ahora pero me falta cobrar sueldos, porque ni sabemos los salarios que estamos cobrando, los porcentajes. Una desprolijidad total. Me despiden sin pagarme los haberes y con 17 años de aportes sin hacer, tanto de obra social como de jubilación. ¡Aportes del trabajador! No la parte patronal. Al sindicato de gráficos le deben 700 mil pesos".
Según Larrea, la sentencia judicial que lo desplaza del rol de Delegado por haber pintado el frente de El Diario en diciembre de 2016, "no está firme". "Mi abogado me había dicho que no me podían despedir hasta que no esté firme la sentencia, porque falta la apelación. Pero me despidieron igual, mientras hay un pedido de juicio político a la jueza porque apretó a los testigos. Una desprolijidad monstruosa", enfatizó.
Sin titubeos, reflexionó: "Esto es un disciplinamiento, no sólo de los gráficos sino de los periodistas. El tema es lo que se viene. Es algo terrible lo que están haciendo, nada más que para operar políticamente con un medio".
