Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imagen

Agrandar imagen
El llamado a la Comisaria Decimosexta lo realizó una madre después de que su hija, de 16 años, quedara en el medio del intercambio de disparos cuentas. La mujer tiene 36 años y vive en la esquina de Ñandubay y La Cautiva, en la zona oeste de Paraná.

Fue en inmediaciones de esa intersección de calles donde un muchacho de 16 años y una persona mayor de edad cayeran con heridas de bala en las primeras horas de este domingo.

El chico de 16 años estaba con su novia y los acompañaba el mayor de edad. De repente vieron llegar una moto, con dos ocupantes, que frenó frente a ellos. Imitando a los sicarios colombianos, el acompañante bajó y comenzó a disparar.

No estaban solos, tenían refuerzos en una camioneta que se frenó en Ñandubay y Los Jacarandaes, a menos de 100 metros. Los testigos observaron descender a un hombre que también efectúo algunos disparos.

En total habrían sido 10 detonaciones en pocos segundos. Fueron a matar pero no lo consiguieron.

El mayor de los dos heridos, el amigo del novio de la chica, quedó tendido en el piso. El novio tenía una herida a la altura del abdomen.

En minutos llegó la ambulancia y fueron trasladados al hospital San Martín.

El médico de turno en la Guardia informó que los dos agredidos tenían heridas de arma de fuego con orificio de entrada y salida. Uno, en la cadera y el otro, con orificio de entrada en zona abdominal y salida por la zona lumbar. Los dos están fuera de peligro, a pesar de las heridas.

Fuentes policiales confirmaron que en un primer momento los testigos habían reconocido a los autores de los disparos pero que en la comisaria entregaron otra versión.

El temor y los códigos que rodean al consumo y venta de drogas conspiran una vez más contra la investigación judicial.
Fuente: Uno

Enviá tu comentario