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Uno de los grandes problemas que enfrenta el mundo actual, es el de crear las condiciones para poder instalar en él una “cultura del trabajo”.

Es que el mandato bíblico aquel de que “ganarás el pan con el sudor de tu frente”, tiene en la actualidad una limitante primera en la circunstancia de que en todas parte existe un alto porcentaje de personas que no trabajan, por no encontrarlo. Una circunstancia que curiosamente se da en la mayor parte de la Europa de hoy, donde el segmento de la población que constituye la franja etaria de los jóvenes se encuentra desocupada en gran medida porque en función de contar hasta con títulos universitarios están “sobrecalificados” para hallar quien los contrate.

De allí que hacer referencia a la situación nacional en la materia, no es una manera de criticar al gobierno, sino dar cuenta de una realidad; independientemente del hecho de que puedan achacarse a políticas gubernamentales que cabe calificar como erróneas, no solo los altos índices de desocupación que en forma despareja se dan en distintas partes del territorio nacional, y la alarmante circunstancia que se haya producido una parálisis en la creación del empleo privado, parálisis que solo en parte puede ser neutralizada por la incorporación de personas a la administración pública, los que cuando lisa y llanamente no trabajan de “ñoquis” lo hacen en tareas de baja productividad.

Mientras tanto, en reiteradas oportunidades nos hemos ocupado del tema, considerando –aun admitiendo que podemos estar equivocados- que en un mundo como el actual, es una muestra de una falta grave de responsabilidad por parte de todos empezando por quienes nos gobiernan, que existan “desocupados”, cuando basta con mirar a nuestro alrededor para darnos cuenta de que existen tantos servicios que prestar –y que no se prestan- y cosas grades y pequeñas que hacer, y que no se hacen.

Todo lo cual viene a querer decir que como sociedad, y no solo en el caso de las personas consideradas individualmente -de una manera alarmante se ha ido perdiendo la “cultura del trabajo”, una circunstancia que se hace patente en el hecho de que se da el caso de familias que a lo largo de tres generaciones no han trabajado , y cuando lo han hecho, ello ha ocurrido en forma harto esporádica- es decir que puede verse a los abuelos, a los hijos y a los nietos juntos y a la vez invariablemente sin hacer nada.

Para ilustrar esa situación resulta a la vez gráfico y dramático uno de esos mensaje que las nueva tecnologías permiten hacer circular, y más allá de su objeto evidente – cuál es el de efectuar una crítica cruel y parcialmente injusta con respecto a la actual administración- aparece conteniendo una dosis de verdad que permite describir las actuales circunstancias que dan cuenta de lo que podría llamarse la “cultura de la holganza”, ya que, respetando los orígenes de la palabra, es aparentemente inapropiado el empleo del vocablo “ocio”.

Se trata de un mensaje claramente de “campaña electoral” – y precisamente por eso que nos pareció más adecuado, no publicarlo hasta pasadas las últimas elecciones, y en el cual su autor remedando un estilo villero relata así.

Soy a Dio gracia un desocupado- uno de los miles de habitante del asentamiento “Pueblo Originario”cobro $ 2.400 por el “Plan de Equidad : como tengo 5 (cinco) hijo cobro$ 6.000 del “Plan de Asignación por hijo”, a $ 1.200 por cada uno; mi mujer cobra $ 2.400.- por “anotase” en el “Plan Madre Soltera”; porque vivo con lo viejo de mi mujer, no ingresan $ 4.800 por que tienen otro 2 planes iguale.

Además te cuento amigo, si tengo gana me voy a un semáforo lo día de semana, saco $ 30.- por hora, por lo que estando 3 hora a la mañana y 3 hora a la tarde cuando la gilada va y vuelve del laburo, puedo sacar $4.500.- má. Me entiende? Que por mi humilde condición no pago ningún impuesto, tengo susidio de eletricidá porque me dejan colgarme.

El Puntero de Delía me da bolsone de comida y, cuando hay que hacér bulto, no subimo todo al bondi y salimo a hacer quilombo ( de paso, paseo), nos dan $ 50 por bocho (con lo`viejo de mi mujer incluido), no metemo en el bolso $ 450.- y comemo grati !!!. De esto tenemo casi siempre 6 salida al mes, por lo que juntamo $ 2.700-De la comida de mis hijo se ocupa las escuela Pública y la oenejé del barrio, y si alguna de la maestra se mete a rezongarlo o les mete mala nota, allá boy yo (o la negra si estoy durmiendo) y la fajo”.

Indudablemente la lucha que a todos nos espera, si realmente queremos cambiar esta arraigada cultura de la holgazanería, es mucha.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

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