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Entre el fárrago de información con el que parece querer indigestarnos, en este mes de abril que no parece terminar nunca, pasó virtualmente desapercibida la renuncia de Alberto Cormillot a su cargo en el Ministerio de Salud de la Nación, el que venía ocupando desde hacía diez meses.

Indudablemente Cormillot no es Abel Albino ni tiene por qué serlo, y lejos estamos de hacer entre ambos una comparación que, como sucede en la mayoría de los casos, tal como lo indica el refranero popular, sería odiosa. Pero de cualquier manera, en la trayectoria de ambos existe hasta cierto punto en común un punto, la atención que prestan a los temas vinculados con nuestra alimentación y su forma de hacerlo.

En relación a Albino debemos recordar que se trata de un médico pediatra compatriota radicado en Mendoza, y que a lo largo de los años ha demostrado una preocupación creciente por los problemas de la desnutrición infantil. Preocupación que se ha traducido en la creación, junto con su exprofesor chileno de la especialidad, de la Fundación Conin, focalizada en la lucha contra ese flagelo. Fundación vinculada con una creciente red -se trata precisamente de la Red Conin- que ha permitido que emergiera un número creciente de centros de atención sanitara, no solo en nuestro país -y en nuestra provincia-, sino en Paraguay, México, Perú y Gambia.

Entre paréntesis: ¿no habrá en nuestra ciudad y en otras localidades entrerrianas que no cuentan con medios, un grupo de vecinos de buena voluntad que acepten el desafío que significa sumarse a esta empresa con connotaciones épicas?

Para hacerse una idea de los fundamentos de su accionar, nada mejor que hacer referencia a sus propias palabras, con las que indica la relación que existe entre desnutrición y pobreza; dado lo cual para erradicar a ésta ultima advierte que existen varias necesidades a satisfacer, entre las cuales la primera, en cuanto básica, es la referida obviamente a la nutrición necesaria durante el primer año de vida de forma prioritaria. Es que es éste el período de mayor crecimiento del cerebro, incluyendo en este punto el afecto y contención que alimentarán la autoestima y seguridad del niño.

Así, según sus propias palabras, se formará una buena base para que la segunda necesidad a satisfacer rinda frutos. Se trata de la educación (instrucción y cultura), a la que siguen entre otras, el dotar a cada casa de agua corriente y caliente, cloacas y luz eléctrica.

Más conocido y con mayor exposición mediática, Alberto Cormillot, tal como decíamos médico como Albino, en su trayectoria se ha orientado a la atención de problemas de la obesidad y de la nutrición, en cuanto es una de sus causas, y que al mismo tiempo de ser un respetado educador en esa clase de temas, es a la vez escritor, conferencista y comunicador social. Sin olvidar su vinculación con el mundo empresario, que se visualiza por el hecho de verse su apellido integrar una marca de fábrica de una variedad de productos dietéticos.

En ocasión de su renuncia hizo referencia, en declaraciones a la prensa, a las dificultades extremas que había encontrado para el cumplimiento de las metas que se había fijado, dando muestras de esa manera de una impaciencia impropia para su sabiduría de casi un octogenario. Dado lo cual debería ya harto conocer como, entre nosotros, el logro de las metas es el efecto de un esfuerzo tenaz y prolongado, durante no solo años sino hasta de décadas, pero indudablemente no por pocos meses.

De cualquier manera es no solo importante la referencia a su convicción que "si los medios de comunicación se apropian de la difusión de la alimentación saludable y la toman como una causa, la Argentina podrá lograr lo que no logró ningún país del mundo, que es revertir la epidemia de obesidad"; sino la enumeración y glosa que efectúa de las metas fijadas en la materia y respecto a las cuales no hizo el menor amague de arriar sus banderas.

La primera de ellas es la de instalación de kioscos saludables en las escuelas. A ese respecto señaló que "el chico ve todo el día en la televisión publicidad de comidas que no son saludables y va al colegio y en el kiosco no encuentra alternativas saludables, por lo que termina 'atrapado' entre esos factores y no tiene opción de elegir", indicando sensatamente que "la gente se apropie del mensaje de alimentación saludable, no para adelgazar sino para comer mejor".

Nuestra pregunta: ¿es necesario la instalación de kioscos en las escuelas, o lo que debería hacerse es dar una merienda saludable a todos los que a ellas concurren?

En segundo lugar, como un objetivo a alcanzar se encuentra el que los niños tengan acceso al conocimiento sobre alimentación saludable desde la escuela, para generar una especie de efecto contagioso a sus padres. Ello implica la incorporación a la currícula escolar de temas especialmente dedicados a la alimentación saludable, ya que en relación a ese efecto contagioso debe recordarse que "los chicos le enseñaron a los padres a usar cinturón de seguridad, porque en la escuela se promovió la educación vial".

En tercer lugar, la sanción de una ley de obesidad más abarcadora. Al respecto indicó que en su momento, desde su rol de conductor del programa televisivo "Cuestión de peso", había logrado el apoyo -y la presión- necesarios para promulgar la ley de obesidad. Para agregar que en ese régimen normativo no estaba suficientemente explicitado el acento que debe darse a la prevención, "que es lo más importante. Es más importante porque por cada persona que baja de peso hay 100 que aumentan, y eso es lo que hay que lograr modificar". A la vez, recordó como al pasar que "cada año la cantidad de personas que pasan a integrar la categoría sobrepeso u obesidad aumenta en 400 mil personas en el país".

También, y en cuarto lugar, la emergencia de una Casa Rosada saludable, como principio de la implantación de una reglamentación que debería extenderse a todas las oficinas públicas del país. A ese respecto, en sus declaraciones hizo referencia a un acta de compromiso suscripto por funcionarios del Ministerio de Salud de la Nación y de la Casa Rosada "para avanzar en la implementación de acciones sobre los principales factores de riesgo de las enfermedades no transmisibles, como son el consumo de tabaco, la mala alimentación y la escasa actividad física", en este caso de los trabajadores.

De cualquier manera, se hace necesario concluir con el enunciado de una verdad de Perogrullo, cual es la que señala que antes de pensar en la calidad de la comida, se hace necesario hacer que a nadie le falte qué comer, o lo que sería mejor todavía, lograr ambas cosas a la vez. Al mismo tiempo que ponerse a pensar cuántas son las cosas que andan mal en una sociedad, en la que existen al mismo tiempo niños desnutridos y familias con la tragedia de la anorexia o la bulimia de algunos de sus miembros.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

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