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El historiador colonense Alejandro González Pavón trae al presente el recuerdo de la colonia de vacaciones que supo tener Colón hace ya medio siglo, como parte del renombrado “Club de Leones”.

A la vez, hace referencia al predio donde funcionaba, el que luego supo ser luego sede de otras instituciones, aunque por ser inundable cayó en desuso.

Inaugurada en la década de 1970 con el nombre de Escuela y Colonia de Vacaciones: “Ángela y Enrique Salvia”, daba inicio en un terreno próximo al puerto de la ciudad, sobre un antiguo cañaveral por donde drenaba (superficialmente) uno de los principales desaguaderos de la ciudad.

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Localizada en una hondonada (una de las tantas que tiene la ciudad de Colón y la cual marca gran diferencia de cota con respecto a otros puntos de la localidad), se emplazó un precario edificio que primeramente estuvo construido de madera y techo de chapa.

Contaba casi desde su inicio con una de las mayores novedades para la ciudad en ese entonces: una pileta de dimensiones importantes. El Club de Leones (que tiene su origen en EE.UU en 1917) fue una de las instituciones muy renombrada para ese entonces, no solo a escala local sino también nacional e internacional. Entre otros de sus principales objetivos estaba la acción social en primera instancia como así también el valor por la educación y todo lo que ella englobaba. El Club de Leones también llegó a colaborar en varias oportunidades con el hospital local.

En este caso, la colonia de vacaciones cumplió una doble función: educar (en valores) y como un área donde los estudiantes de las escuelas de la localidad (y algunas veces de otras localidades) asistían al lugar para poder disfrutar de la gran pileta, juegos y el espacio verde que la naturaleza por ese entonces les ofrecía). Además, dentro de los grandes pabellones, se contaba con camas y baños donde los niños podían hacer uso.

La obra tuvo gran colaboración de la empresa SALVIA S.A (de ahí el nombre de la Colonia).

Décadas más tardes, el lugar cerró sus puertas. Y fue puesto en valor por otra institución, la cual utilizó las instalaciones para que allí funcionase un hogar de niñas y niños, tarea que se desarrolló por algunos años. Luego la zona de la pileta fue reacondicionada y funcionó allí como una extensión de un club de la ciudad).

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El edificio y predio se localiza entre las actuales calles: 3 de febrero (su frente), Bolívar y Gouchón (calles laterales) y Gral. Belgrano (calle trasera). En la actualidad el lugar se encuentra cerrado.

En la intersección de avenida Presidente Perón y San Martín aún se mantiene en pié el monolito de recuerda la presencia del Club de Leones en nuestra ciudad.
Fuente: El Entre Ríos – Alejandro González Pavón

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