El abogado aseguró que este conflicto “va mucho más allá, trasciende a la familia Etchevehere. Cada productora o productor de la República Argentina, grande, mediano o pequeño, siente que este es un caso piloto que, si no se resuelve bien, sentará un pésimo, peligroso y funesto antecedente”.
“Hoy le toca a los Etchevehere, mañana a cualquiera de nosotros. Por eso, me parece muy acertado y prudente despersonalizar este episodio, sacarle el nombre y apellido y poner el foco en el hecho en sí mismo, más allá de nombres propios, odios y amores, simpatías o no tanto”, expresó quien representa a Las Margaritas SA.
En ese sentido, enumeró tres cosas que quiere dejar en claro: “1) deben imperar en nuestra patria, la Constitución, la vigencia de las normas y la paz social; 2) los jueces deben ser garantes de ello y evitar que prevalezca la sinrazón y la fuerza por sobre el derecho y 3) los jueces deben ser independientes, imparciales y ejercer autoridad y no ceder a presiones de grupos de interés o gubernamentales”.
Para cerrar, aseguró que “este caso, aspiro, marcará un antes y un después. Por tal motivo y más allá de ser abogado de los usurpados, condenaré enfáticamente cualquier acto de violencia, provenga de donde provenga. Mi lucha será dada, como siempre, en el ámbito jurídico y tribunalicio, pues allí está mi campo de batalla y mis armas son los códigos y las leyes, mis derechos y convicciones”.