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Señora directora de El Entre Ríos
Graciela Marcó de Maxit:

Seguramente, al seguir estas líneas, más de un lector pensará: “Este hombre está más tiempo en la ruta que en su propia casa”. Y con razón.

Es que, tras un viaje de emergencia que tuve que realizar este fin de semana, me decidí a abusar de su disposición para expresarme, otra vez, sobre lo que usuarios frecuentes de las rutas de la región debemos, día a día, enfrentarnos en nuestro andar cotidiano.

Esta vez, sobre el primer tramo de la ruta nacional 130, que comienza en el empalme con la autovía de la ruta 14 y hace un parate en Villa Elisa para retomar más adelante con dirección a Villaguay.

Con la aclaración -nuevamente- de que no ostento ninguna formación dejada a mitad de camino ni mucho menos un diploma que acredite conocimientos en la materia, escribo desde el sentido común que, a su vez, dicen que es -o debería ser- el más común de los sentidos.

Dejando de lado su creciente deterioro general, a lo largo de toda esa extensión podíamos encontrar su cinta asfáltica llena -“de bote a bote”, como se dice- y, sobre todo, en algunas de sus curvas más pronunciadas; de agua acumulada por las incesantes lluvias de los últimos días, que es cierto fueron tan incesantes como copiosas y abundantes.

Tratando de que el vehículo no se fuera a la banquina, con la velocidad reprimida para lo que es una ruta nacional y una atención denodada que por momentos se transformaba en tensión por la complejidad del camino, advertí una característica que actualmente presenta la ruta y que, sin demasiadas erogaciones de recursos humanos, herramientas ni materiales, su modificación bien podría paliar esta situación y aportarnos algo de seguridad a nosotros, sus usuarios frecuentes.

Me refiero a la altura que ostenta, a ambos márgenes, su banquina. Una condición que no hace más que encerrar el agua entre un lado y el otro, como si se tratara de una pileta o una barrera de contención planificada, hasta que con el transcurrir del tiempo el sol termine por evaporarla.

Agradeciendo la publicación de estas líneas en el prestigioso periódico que usted dirige, dejo planteada públicamente esta inquietud surgida desde el sentido común para que, a quien le corresponda su mantenimiento, lo compruebe y/o tome cartas en el asunto.

¿O será que nosotros tendremos que empezar a poner manos a la obra?


El usuario frecuente

PD: Lamentablemente, la oscuridad de la noche, la intensa lluvia y el riesgo que significaba detenerme a un costado de la ruta, me hicieron imposible, esta vez, poder tomar una fotografía que refleje lo que escribo. Quienes tengan dudas sobre ello, podrán comprobarlo en cualquier momento con sus propios ojos.
Fuente: El Entre Ríos Edición Impresa

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