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Desde niño nos enseñaron que a la muerte de un ser querido hay que recibirla con resignación, respeto y tristeza.

Teóricamente esto es así quizás porque no hay nada que pueda medir el valor de la bondad espiritual, el amor y el afecto, que son los dones que todo ser humano bien nacido lleva en el corazón. Si no percibimos estos sentimientos es porque algo ocurre en nuestra mente, una vida sin sentido o colmada de prejuicios materiales y ambiciones desmedidas; para los deudos el afecto o el sentimiento solo alcanza con un beso, un apretón de manos o un llamado telefónico, esto también demuestra cultura ética y moral o convivencia durante toda su vida o en los últimos días.

Enfrento la desgraciada muerte de mi compañera Gladys, después de convivir sesenta años juntos, acompañado de parientes, amigos y el pueblo de Villa Elisa que me expresaron su solidaridad y afecto.

Gladys fue un ejemplo de sacrificio, cumpliendo con la vida encomendada por Dios, procreando cuatro hijos, once nietos y cuatro bisnietos; continuamente cuidando su familia, colaborando con todos mis trabajos, lealtad con todos los vecinos del barrio durante sus enfermedades o alguna desgracia.

Virtudes que para algunos no significan nada, no las valoran, lo toman como un sentido de la vida enmarcado por el destino.

En mi desesperación por la muerte de mi compañera cuidada por PAMI con internación domiciliaria, ya que por su enfermedad debía estar atendida con la urgencia del caso, se llamó al médico que demoró varias horas, y solo había tiempo para trasladarla rápidamente a la Cooperativa Médica de Concepción del Uruguay, previa estabilización en el Hospital San Roque de Villa Elisa.

La atención del PAMI, traslado e internación en la Cooperativa Médica fue correcta, pero la demora en la casa malogró su vida por no haber sido atendida en tiempo y forma.

Termino con los detalles de esta nota que me hacen tanto mal, agradeciendo a todos. La injusta muerte de mi esposa y compañera y sus motivos los dejo en manos de Dios.

Henry Marcelino Treboux

Nota de la redacción: la señora Gladys Felicia Meichtry de Treboux falleció el lunes 23 de mayo y era esposa del primer presidente de la Cooperativa Arroceros Villa Elisa.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

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