Gestionando fondos de inversión
“Arraigar surgió en el año 2008, cuando nos juntamos algunas personas vinculadas al campo de Villa Elisa, Urdinarrain y Paraná para utilizar fondos estacionados que había en el entonces Ministerio de Agricultura de la Nación, aprovechando la infraestructura técnica de la Federación Agraria que varios integramos”, comienza contando el elisense Eladio Lugrin, presidente del consejo de administración, sobre los inicios.Una de sus primeras acciones fue “conseguir dinero para empezar a fomentar empresas a pequeña escala de jóvenes que tenían intenciones de trabajar pero no contaban con fondos de inversión. Entonces, uno quería comprar una máquina sembradora y se le dio dinero a devolver en cierto tiempo. Otro, de la misma forma, alquiló un campo y compró vacas. Unas chicas de La Paz, que estaban prácticamente adentro del monte y no tenían agua potable, pidieron dinero para hacer un pozo y hoy tienen una quinta modelo que vende una cantidad de verduras. También hay ejemplos exitosos de emprendimientos ovinos y maquinarias para enfardar”.
En cuanto al fondo rotatorio que manejan, explica que “a medida que van devolviendo el dinero en cuotas se lo vamos prestando a otros emprendedores. Los primeros tiempos no podíamos recuperar todo, porque no a todos les salieron las cosas como esperaban, pero después volvimos a obtener fondos. Los interesados deben presentar un proyecto, el cual nosotros elevamos a Nación para su aprobación y después hay que rendir cada gasto, porque son dineros públicos. Generalmente se desvaloriza, pero tenemos una buena reserva en un caso que hicimos por kilos de arroz, por ejemplo”.
Acompañamiento a nuevas cooperativas
Arraigar actualmente lleva adelante un trabajo de consolidación institucional en cooperativas emergentes. “Se han formado varias últimamente en la provincia y las estamos ayudando a formar sus propios estatutos y definiendo su razón social: en Larroque se viene una de producción de alimento para porcinos; otra de viveristas y una de transformación en Villa del Rosario, con una fábrica de jugos que está produciendo mucho; la agropecuaria de Mansilla, para reabrir un frigorífico”, menciona como ejemplos el dirigente rural.Su presencia en estos flamantes emprendimientos “es una manera de hacer docencia e iniciar a gente nueva en el cooperativismo, siempre tratando de arraigar a las nuevas generaciones en el trabajo agropecuario. Para mí el cooperativismo es el mejor sistema, pero hay que sacar el yo y empezar a hablar de nosotros, que a mucha gente le resulta difícil”.
Entre sus principales metas, se encuentra “llevar el espíritu cooperativo que siempre tuvimos a toda la provincia, buscando gente que tenga inquietudes y deseos de iniciarse, que es muy difícil para una persona que empieza de cero. Además del dinero, se los capacita a través del Inta (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) y la Federación Agraria, mediante talleres de políticas económicas con técnicos para que la gente se ilustre o cuando surge alguna disposición legal nueva”.
