Un "préstamo" de lujo
La denuncia periodística de Daniel Enz, ya difundida a toda escala aunque acallada por varios medios que todavía mantienen fuertes vínculos con el Urribarrismo, es tan concreta como reveladora: Sergio Urribarri y su Esposa Ana Lía Aguilera portan la Tarjeta Azul que los habilita a conducir el lujoso AUDI A 1 Negro, un costoso auto de alta gama que la empresa Kaskira S.A. compró para ceder al exgobernador. El dato termina por conectar todas las sospechas que siempre se tuvieron en torno a los vínculos entre Urribarri y la empresa NeoGame, la firma que controla gran parte del negocio del juego en Entre Ríos. NeoGame es otra de las sociedades que controla Jorge Aníbal Pérez, el socio mayoritario de Kaskira S.A., la firma que cedió el lujoso Audi a Urribarri.
El AUDI negro 3 puertas que conduce alternativamente Sergio Urribarri y su esposa Ana Lía Aguilera (hermana del cuestionado cuñado del exGobernador) no es un auto cualquiera. Utiliza solamente naftas Premium, alcanza una velocidad máxima de 204 km/h, acelera de 0 a 100 en apenas 8,8 seg., tiene caja de 6 cambios y una dotación tecnológica que incluye un pack de navegación por audio, con una pantalla en el frente del tablero de 6.5 pulgadas, una interfaz multimedia con 10 altavoces perfectamente distribuidos que incluyen sonido 360º con una potencia de 180 vatios que seguramente Maurito Urribarri usa a todo volumen en las noches de aventura.
El hombre detrás de las tragamonedas
¿Por qué una empresa va a ceder un auto de alta gama a un funcionario? NeoGame desembarcó con fuerza en Entre Ríos tras la sanción de la denominada Ley de Turismo. Desde que se aprobó esta norma que habilita la explotación privada del juego, NeoGame extendió su presencia en la geografía entrerriana controlando las salas del Hotel Mayorazgo de Paraná, otras tres salas en la capital entrerriana que el grupo NeoGame explota de forma exclusiva y las tragamonedas de los Casinos de Diamante y Concepción del Uruguay. En total, sin contar otras inversiones del Grupo en hotelería, gastronomía y otros negocios derivados, le reportan una facturación diaria de $2,2 millones por día. Es decir, al final de cada mes, el grupo NeoGame embolsa más de $60 millones de pesos.
Los sospechados vínculos entre el poder empresario del juego y Sergio Urribarri se remontan a aquel 2009 donde la sanción de la Ley de turismo abría un portal ideal para que la inversión del juego se desarrollara en Entre Ríos. Por aquel tiempo consolidaba su posición en Entre Ríos el empresario Jorge Aníbal Pérez, ya dueño de Canal 10 de Mar del Plata y luego dueño de Canal 9 Litoral de Paraná. Los negocios del grupo de Pérez crecieron rápidamente de la mano de la pauta oficial y en sociedad con una larga lista de operadores políticos y "sospechosos de siempre" que lo vinculan con Amado Boudou, Alejandro Vandenbroele y otros menos populares pero no menos influyentes como Martín Cortés.
Ya con lazos que los ligaban por los orígenes marplatenses de Boudou, Vandenbroele y Jorge Aníbal Pérez, el grupo NeoFormosa que explota un hotel casino en esa provincia sumó a su mesa de socios al actual dueño de Canal 9 de Paraná. Jorge Aníbal Pérez era el puente que hacía falta para extender el juego a tierras entrerrianas. Y la operatoria se concretó rápidamente: primero una, luego dos, y actualmente cinco salas de tragamonedas que controla el grupo NeoGame. Las relaciones también involucran al empresario de la construcción Miguel Marizza, otro que tendrá días difíciles por delante en la escena judicial a raíz de los contratos millonarios recibidos de manos de Urribarri en la Cumbrecita del Mercosur.
La mesa chica de la firma muestra las fuertes vinculaciones del poder empresario con el poder político: también aparecen entre los nombres los hermanos Cirigliano (tragedia de Once) y nexos con el banquero Jorge Brito (Banco Macro) según adelanta una investigación que está en proceso sobre los vínculos del negocio del juego con el financiamiento de la política que desarrolla quien escribe junto a los periodistas Ricardo Huertley y Cristian Pérez, y que pronto saldrá a la luz.
En la mira de la justicia
NeoGame es quien está detrás de Entretenimientos de la Costa, otra de las S.A. creadas por los mismos empresarios para explotar las maquinitas en el Casino de Concepción del Uruguay. Estas horas son decisivas para el futuro del emprendimiento que pretende dejar sin efecto una concesión con la Municipalidad de Concepción del Uruguay para construir una Terminal nueva, pero mantener intacta la injerencia del grupo en la expansión del juego privado.
El episodio del lujoso AUDI A 1 parece un eslabón suelto, una pista que olvidaron borrar de una larga trama de relaciones que recuerda a Sergio Urribarri levantando la mano de Miguel Marizza en el Auditorio de Concepción del Uruguay, mascarón de proa del grupo NeoGame que extiende sus tentáculos en el control del juego.
La denuncia periodística del AUDI A1 ya cobró fuerza de denuncia judicial, y no se descarta que pueda llegar hasta el despacho de la jueza Federal María Servini de Cubría, que tiene un expediente abierto en el que investiga el origen de la breve pero millonaria campaña electoral a la Presidencia que puso en marcha Sergio Urribarri. El auto negro es todo un símbolo de la "caja" detrás del financiamiento electoral.
