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El hecho tal vez podría haber ocurrido en cualquier ciudad argentina. Sin embargo, sucedió en en Montevideo, en la calle Euclides Salari, esquina 20 de Enero. Un comerciante había asesinado con un arma de fuego a dos delincuentes, que en los últimos 10 días habían robado la recaudación de su negocio tres veces. Esta iba a ser la cuarta. Y el barrio celebraba.

El mayor de los asaltantes, de 19 años, era quien amenazaba al comerciante (Jorge, de 71 años), mientras un joven de 17 hacía de campana, según publicó El País. Sin mediar palabra, Jorge tomó su revólver y disparó contra los asaltantes.

El primero cayó muerto en el lugar, y el segundo caminó unos metros con una herida al costado del abdomen, hasta que quedó tendido en el suelo.

El alboroto generado rompió la calma del barrio donde Jorge vivió casi toda su vida, y donde tras cerrar su fábrica de zapatos, abrió hace tres meses un kiosco para "mantenerse activo", según relataron vecinos a El Observador.

Allí un grupo de vecinos se acercó a apoyar al comerciante, que el miércoles se encontraba declarando en el juzgado. "Son dos menos. Es horrible decirlo, pero ta, mañana podemos ser nosotros (los asaltados), tu madre o hermana", dijo Elena, la propietaria de una tienda de ropa nueva y usada a pocos metros del kiosco de Jorge.

Una visión que comparte un vecino de la cuadra, que desde la puerta de su casa opina que "a los delincuentes los sueltan rápido" y el "enemigo siempre termina en la calle". Por eso no duda en decir con alivio: "dos menos".

Cerca de Euclides Salari y 20 de enero hay al menos seis comercios, cuatro de ellos fueron asaltados en los últimos meses. El ataque más reciente lo sufrió una carnicería ubicada a solo una casa de por medio de la de Jorge. Dos semanas atrás dos personas entraron armadas para robar la recaudación del día.

La nuera de Jorge, que prefirió mantener en reserva su nombre, dijo a El Observador que "la ley lo va amparar", pero que temen represalias de familiares de los delincuentes.

Otra comerciante del barrio prefirió no hablar por la "tristeza" que sentía por el hecho. "Lo lamento por la familia a la que asaltaron, pero solo por ellos", dijo mientras atendía a un cliente. En los últimos meses este autoservicio debió contratar un guardia de seguridad tras haber sido víctima de un robo.

El hombre quedó en calidad de emplazado, luego de que la fiscalía solicitara que su causa se archive, informó Subrayado y confirmó a El Observador el fiscal del caso, Gustavo Zubía.

Zubía dijo que solicitó que la causa se archive por considerar que se trató de un "clarísimo caso de leg{itima defensa". El juez Nelson Dos Santos espera por una pericia de Policía Científica para tomar una resolución final.

Para el fiscal, "el crimen fue la rapiña" y consideró que solicitar que se archive el caso "es una señal de claridad". "Hay que contextualizarlo dentro de la situación de inseguridad que está viviendo Uruguay", dijo.

Otros casos

El caso del comerciante del barrio Fraternidad no es el único del que se ha sabido en los últimos años. En febrero de 2013, Daniel, el propietario de una panadería de Avenida Garzón y General Hornos, mató a un asaltante que intentó robarle. Tres delincuentes ingresaron al comercio, amenazando al propietario, quien respondió sacando un arma del mostrador y matando a uno de ellos. Daniel pasó 48 horas detenido en la Seccional 7, antes que la entonces jueza penal Mariana Mota lo dejara en libertad como contó el diario El País.

A finales de 2011, un hombre al escuchar ruidos en su casa de Carrasco que había sido robada en varias ocasiones, decidió armarse y salir a matar al delincuente. Sin embargo, tras disparar se encontró con que había matado a su hija. El hombre fue procesado y dejado en libertad.

En marzo de este año se procesó sin prisión a un hombre que a través de su cuenta de Facebook incitó a matar delincuentes. La jueza Julia Staricco contó a El Observador que el autor se justificó porque fue víctima de un delito y no obtuvo la respuesta que esperaba de la Policía. El procesado debió someterse a tratamiento psiquiátrico para controlar sus impulsos.
Fuente: Diario El Observador de Montevideo

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