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La explosiva variante delta del coronavirus, detectada por primera vez en la India hace nueve meses y ya predominante en el planeta, ha transformado la guerra contra la pandemia. El enemigo ha cambiado. La delta es casi el doble de contagiosa que las versiones anteriores del virus, como ilustra el brote escolar mejor analizado hasta la fecha: el ocurrido en el colegio católico Nuestra Señora de Loreto, en Novato (California, Estados Unidos). Allí, el 19 de mayo, una profesora sin vacunar y con síntomas de covid siguió dando clase, incluso quitándose la mascarilla de vez en cuando para leer en voz alta. En apenas una semana, la mitad de sus 24 alumnos habían dado positivo, pese a que las ventanas estaban abiertas, los niños sí llevaban mascarilla y había un purificador del aire en el aula. Delta no deja margen para cometer errores, sostiene un informe elaborado por el Diario El País de Madrid.

El brote iniciado por la maestra obligó a hacer pruebas a más de 230 personas vinculadas al colegio. El virus infectó al menos a 27. Además de la profesora y 12 de sus alumnos, se contagiaron seis niños de la clase de al lado, cuatro hermanos y cuatro padres de escolares infectados.

Los infectados con la variante delta del virus empiezan a ser contagiosos dos días antes de tener síntomas de covid y alcanzan su pico de infectividad en los primeros días de enfermedad. La profesora se quitó la mascarilla en el peor momento.

El epidemiólogo Tracy Lam-Hine, principal autor del estudio del brote en el Nuestra Señora de Loreto, cree que el caso es una llamada de atención, ahora que en muchos países se emprende la vuelta al colegio tras las vacaciones. “La lección más importante es que no podemos confiar en una sola capa de protección o incluso en dos. Tenemos que utilizar todas las estrategias de prevención a la vez”, subraya el investigador, del Departamento de Salud del condado.

Deben utilizarse todas las medidas a la vez. Si falla una puede producirse el contagio.

La Asociación Española de Pediatría ha tenido que reforzar sus propias recomendaciones para la vuelta al colegio ante “la irrupción” de la variante delta, cuya carga viral en los infectados es hasta 1.000 veces mayor que la de las versiones anteriores del virus, según un estudio preliminar en China. Si un enfermo de covid contagiaba a dos o tres personas en promedio al inicio de la pandemia, ahora puede infectar a cinco, más que la gripe. Los pediatras españoles han pedido mantener la mascarilla obligatoria para los niños mayores de seis años, incluso en el recreo al aire libre.

El temor es que los más pequeños se conviertan en un reservorio del virus. El 93% de los mayores de 40 años en España ya están vacunados, pero solo el 55% de los niños mayores de 12 años han recibido la pauta completa, como recuerda María José Mellado, jefa de Pediatría del Hospital La Paz, en Madrid. Todavía no hay ninguna inyección autorizada para los menores de 12 años, así que ninguno está vacunado. “Es evidente que, actualmente, la población más susceptible de infectarse son los niños menores de 12 años y aquellos mayores que aún no han completado la pauta vacunal”, advierte Mellado, presidenta hasta el pasado junio de la Asociación Española de Pediatría.

La incidencia acumulada a 14 días en los adolescentes todavía está disparada, con 193 casos por 100.000, más del doble que los sexagenarios. La infección por coronavirus, no obstante, suele ser asintomática o muy leve en los más jóvenes. Los datos son relativamente tranquilizadores. Desde el 20 de junio ha habido casi 315.000 casos en los menores de 19 años en España, con 1.900 hospitalizados (0,6%), 91 ingresados en la UCI (0,03%) y siete fallecidos (0,002%), según el Centro Nacional de Epidemiología. La covid puede golpear a niños sanos, pero sobre todo es un riesgo para los que tienen enfermedades previas y para los familiares adultos no vacunados.

La Asociación Española de Pediatría ha lamentado la decisión de los ministerios de Sanidad y Educación de disminuir la distancia mínima entre alumnos de 1,5 metros a 1,2 metros, “lo que conllevará más niños por clase”. En el colegio Nuestra Señora de Loreto la distancia fue clave. La profesora contagió principalmente a los niños que tenía más cerca, como muestra el análisis exhaustivo del brote, publicado en la web de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE UU.

El pediatra Quique Bassat insiste en que todavía es necesario mantener estas precauciones en los colegios. “Lo peor que nos podría pasar es tener algún evento supercontagiador como los de junio en Baleares [con cientos de jóvenes infectados en viajes de fin de curso]. Si mantenemos medidas estrictas hasta que tengamos una incidencia mucho más baja, minimizaremos este riesgo y, en vez de olas, como mucho tendremos brotes autolimitados”, opina Bassat, pediatra del Instituto de Salud Global de Barcelona y coordinador del equipo de la Asociación Española de Pediatría que ha asesorado al Gobierno para la vuelta a los colegios.

Bassat hace un llamamiento a todos los trabajadores escolares para que se vacunen cuanto antes si no lo han hecho ya. El porcentaje de profesores vacunados en España es muy alto, según sugieren los datos de las comunidades que han dado cifras a este periódico (95% en Extremadura, 94% en Aragón y 92% en Cataluña), pero sigue habiendo miles de docentes sin inmunizar, como la maestra del Nuestra Señora de Loreto.

El pediatra cree que, para relajar las medidas, la incidencia acumulada a 14 días debería ser menor de 25 casos por cada 100.000 habitantes, sin brotes notables. En la actualidad la incidencia alcanza los 131 casos por 100.000, con brotes por doquier. Bassat empezaría por eliminar normas como la entrada escalonada en las aulas, los turnos en el comedor, “la higiene obsesiva de manos con gel” y la prohibición de que los padres accedan a las escuelas. Sin embargo, mantendría la mascarilla en interiores hasta que la cobertura vacunal fuera todavía mayor y la incidencia acumulada fuera “muy muy baja, desde luego inferior a 25 casos por 100.000”.

Bassat tiene dos hijos mellizos de nueve años. “Los vacunaré en el primer momento que pueda”, afirma. Los datos muestran que la vacuna de Pfizer, la primera autorizada en los más jóvenes, es muy eficaz en los mayores de 12 años a la hora de prevenir casos graves. Las tasas de hospitalización por covid son 10 veces mayores entre los adolescentes no vacunados, según el último informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE UU.

Pfizer está ahora ensayando su vacuna con 4.500 niños de entre seis meses y 11 años —en España, EE UU, Finlandia y Polonia— y en las próximas semanas tiene previsto pedir la autorización para su uso. Otras empresas, como Moderna y AstraZeneca, también están probando la eficacia de sus inyecciones en los menores. Algunos modelos matemáticos calculan que la inmunidad de grupo ante la variante delta llegará cuando el 85% de los ciudadanos estén vacunados, pero los niños y adolescentes menores de 15 años son más del 25% de la población mundial. Vacunarlos podría ser esencial para acabar con la pandemia.
Fuente: El País de Madrid

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