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Un alumno del primer año del secundario llevó cuatro envoltorios con cocaína a la escuela Nº 193 "Capitán de Fragata Pedro E. Giachino" y una vez en el recreo se las entregó a otros estudiantes de la primaria. De hecho, uno de estos menores habría tenido la intención de comercializar la droga a 30 pesos cada bolsita.

El episodio, que ocurrió este lunes en el establecimiento educativo de barrio El Sol de Paraná, es un hecho se da en un contexto de vulnerabilidad, en el cual, muchas veces la escuela actúa como un marco de contención en el que los niños se explayan sobre situaciones problemáticas que deben afrontar pese a su corta edad. Al respecto, el coordinador del programa Problemáticas de Consumo del Consejo General de Educación, Dardo Iturbide, confirmó que "siempre aparecen situaciones relacionadas a sustancias que pueden circular y ser exhibidas en las instituciones educativas o presunciones de consumo por estudiantes que pueden concurrir con cierto grado de intoxicación y la escuela, porque ocurre en un ámbito educativo, tiene que intervenir".

"Todo el tiempo nos llegan situaciones de presunción por las que hay una sospecha sobre un estudiante que consume o casos en los que se venden pastillas de los abuelos o familiares"

En relación al caso de la escuela Giachino, el profesor confirmó que desde el CGE se trabajó con la supervisora, directivos, equipos de apoyo y las familias "porque es una situación compleja en la que hace falta una articulación con los adultos, también para cuidar la integridad de estos niños y para que la escuela siga siendo un ámbito privilegiado de cuidado y prevención".

Respecto de la situación, sobre la que se refirió como "un grupito de estudiantes estaba haciendo circular una sustancia", Iturbide destacó la intervención de la docente que dio aviso a las autoridades de la escuela, "porque que se acercó, conversó con ellos y después se dirigió a la Dirección, desde donde se arbitraron los medios necesarios tanto para los servicios de salud como para los organismos de protección de derechos y las familias, en simultáneo, para proteger y garantizar los derechos a la proyección y el cuidado". Asimismo, remarcó que "una de las primeras medidas que tomó la institución fue la de contactar a la familia, quienes concurrieron a la escuela".
El CGE descartó sanciones
Iturbide confirmó que desde el CGE no sancionará al alumno que llevó las bolsitas de cocaína a la escuela. "Después de trabajar articuladamente con los otros organismos, nos sentaremos a pensar -porque cada situación es compleja, cada situación tiene diferentes aristas a analizar y no hay recetas- y se armará un plan de acción para acompañar la trayectoria, para despojar mitos y prejuicios que giran en torno a las drogas y para evaluar cómo garantizamos el derecho de estos niños para que sean cuidados de la mejor manera de parte de todos los adultos de la institución", detalló.

Y fundamentó: "Nos posicionamos desde un enfoque de derechos, cuidados y la escuela deberá trabajar en la promoción para la salud y por medio de los acuerdos escolares de convivencia se deberá dejar en claro que en la escuela no se consume, que en la escuela no se venden sustancias, pero no desde un lugar punitivo, sino porque la escuela quiere lo mejor para cada uno: un buen desarrollo para la salud y su bienestar".

Al dar cuenta que el CGE tiene un programa provincial que desde hace un tiempo trabaja por medio de instancias de capacitación docente para abordar las problemáticas de consumo de sustancias, Iturbide recomendó "no esperar a que la situación acontezca". De hecho, reconoció que, en circunstancias similares, "muchas situaciones se dan en distintos puntos de la provincia y no circulan por los medios".

"Nos interesa que desde Inicial, Primaria y Secundaria se puedan establecer estas habilidades para la vida, la posibilidad de poner en palabras lo que uno siente o lo que a uno le pasa, promocionar hábitos saludables, generar la convivencia y como CGE trabajamos desde el abordaje preventivo con guías de actuación para orientar estas intervenciones ante situaciones que no piden permiso, que acontecen en las escuelas y porque la escuela no puede mirar para otro lado porque necesita de adultos y organismos que intervengan y acompañen de forma responsable", explayó el profesor.

Consultado al coordinador del programa Problemáticas de Consumo del CGE por la gravedad de la situación, éste refirió: "Trabajamos desde un abordaje preventivo, de intervención y analizamos que es una situación que pasa en la sociedad como ocurren las violencias, el acoso entre pares, los consumos problemáticos, y la escuela no se verá desprovista de estas".

"La escuela es la caja de resonancia de las diferentes situaciones sociales, tiene que estar preparada, contar con una guía de actuación y adelantarse para ver qué recursos comunitarios tiene de índole asistencial", fundamentó y recomendó: "Cuantas más horas esté un estudiante a cargo de adultos responsables que estén atentos, escuchen y cuiden, será mucho mejor para el desarrollo de ese niño o adolescente".
Fuente: El Once

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