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Se trata de un hecho particularmente grave, que ya fue ventilado en la Justicia, aunque el menor declaró primero como testigo de otros busos. Ahora, es denunciante y víctima.

Pero al igual que en los cuatro hechos por los que ya fue condenado, el cura estaba vez tampoco quiso hablar. No dijo absolutamente nada. Aunque el fiscal Uriburu le adelantó a sus defensores que en función que la carga de la prueba es contundente, no demorará demasiado el trámite. En dos semanas, el caso se estaría elevando a juicio oral.

Escobar Gaviria ya carga con una durísima condena que le aplicó el 6 de septiembre último el Tribunal de Juicios y Apelaciones de Gualeguay: 25 años de prisión de cumplimiento efectivo, por cuatro casos de corrupción y abuso sexual de menores.

Aunque la sentencia no está firme –sus abogados, Milton Urrutia y Pablo Temón lo recurrieron ante la Cámara de Casación Penal–, el cura sigue en prisión desde el 21 de abril, en la Unidad Penal de Victoria. Allí fue a dar a pedido del querellante Mariano Navarro, para evitar un entorpecimiento de la investigación. Después de la condena, el Tribunal consideró que debía seguir en la cárcel ante el serio riesgo de fuga.

Esta mañana, Escobar Gaviria llegó a los Tribunales de Nogoyá para enterarse de una nueva imputación por un quinto caso de abuso, pero decidió no hablar: no declaró absolutamente nada. En el trámite, estuvo acompañado por sus defensores Juan Pablo Temón y María Alejandra Pérez. Sólo abrió la boca para hacer un pedido: que del expediente judicial se elimine el "alias" que está adosado a su nombre. Allí se lee que su alias es "cura". "No quiero que me digan así", pidió, y no dio ninguna explicación de esa petición.

Antes, la abogada María Alejandra Pérez había pretendido, sin éxito, demorar el trámite de revisión del cura por parte del médico forense.

Escobar Gaviria está suspendido como sacerdote desde el 31 de octubre de 2016 por la Iglesia luego de que se presentara la primera denuncia por abuso en su contra en los Tribunales de Nogoyá. Esa primera denuncia abrió una compleja investigación que terminó en condena, en los Tribunales de Gualeguay, el 6 de septiembre. Ahora, se inició otra investigación penal preparatoria.

A la audiencia de este miércoles, el sacerdote llegó acompañado también por una de sus más fieles seguidoras, la contadora Luciana Gaztelumendi, pero también con una dosis fuerte de intolerancia hacia los periodistas que lo aguardaban en los pasillos de los Tribunales de Nogoyá. Les pidió que se fueran. "Yo tengo dignidad", dijo, y no agregó nada más.
Fuente: Entre Ríos Ahora

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