Luis Scola partió rumbo al banco de los suplentes y se cortó el aire. Todos, adentro y afuera de la cancha le rindieron tributo al jugador más importante de la historia del seleccionado de la Argentina y uno de las estrellas del básquetbol mundial. Duro de emociones el hombre que apareció en Ferro de la mano del legendario León Najnudel, se derritió ante semejante reconocimiento, frente a tanto agradecimiento. Se permitió llorar en público, como nunca antes.
Conmovido, Sergio Hernández, se secó la humedad de sus ojos frente a tremendo momento. Los jugadores de Australia enrojecieron sus palmas con el único objetivo de decirle “gracias” a Scola. El capitán histórico de la Argentina trató de hacer equilibrio entre emociones, pero no fue sencillo. Trató de sostener su compostura detrás de su camiseta número 4, al más gloriosa en celeste y blanco. No fue fácil. Después ensayó un saludo para buscar frenar el homenaje, pero nadie se iba a permitir semejante cosa. Entonces, el hombre que dejó un legado indeleble buscó refugio en una toalla.22 años en la Selección.
— CAB (@cabboficial) August 3, 2021
Sin faltar a un torneo.??
El legado de Scola. ?
“Di mi máximo esfuerzo y compromiso”. El capitán. #4
? @FIBA y @mwaichman pic.twitter.com/IJ0rdLt16h
“Intento siempre apartarme de estas situaciones, pero fue un golpe bajo. Estaba esperando no quebrarme, pero... No sé muy bien qué decir. Terminó y ya está. Estoy un poco golpeado emocionalmente. Estamos todos vivido una situación muy especial. Ver a los rivales, los periodistas y los árbitros aplaudiendo, me golpeó un poco. Traté de apartarme de todo este último año, aguanté la compostura lo más que pude. Me voy en paz. Quería llegar hasta el último momento trabajando y lo pude conseguir”, dijo en TyC Sports.
Reconocimiento
A continuación, El Entre Ríos transcribe el mensaje que circula entre grupos de Whatsapp con un emocionante relato de los instantes finales del partido que jugó “Luifa”, en su quinta cita olímpica:“Acaba de terminar el partido de basquet de nuestra selección contra el seleccionado de Australia.
Nuestro equipo pierde y queda eliminado.
Unos minutos antes de terminar el encuentro, el DT argentino cambia a la figura del equipo.
Cuando el trabajo y la entrega a un deporte es total y llena de esfuerzo y pasión, hasta los rivales reconocen la grandeza del deportista.
Cuando Luis Scola sale del partido, se detiene el juego por al menos un minuto, mientras ambos equipos, los jueces, los otros deportistas presentes, los periodistas y autoridades, aplauden de pie.
Aplauden no solo a la persona, sino también a su trayectoria, a su Espíritu Deportivo, a su "ser buena gente".
Finalizado el Match, el periodista pregunta: ¿Que sentiste?
Y el atleta homenajeado dice: "Me voy en paz"
Es la paz del deber cumplido.
Es la paz de haberlo dado todo.
Es la paz el mayor logro.
La tranquila satisfacción de que fuimos la máxima expresión que podíamos ser como persona.
Y en verdad no hay victoria más grande que esa en la vida.
Lograr realizarnos” (*).
(*)Autor desconocido.
