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El interés por separar la elección anual de autoridades de la Cámara de Diputados del proceso electoral de 2019 sigue, en teoría, firme. Tanto como la posibilidad de que, al calor de la interna peronista, la presidencia -a cargo de Sergio Urribarri desde 2015- cambie de manos.

Pero parece que no podrá ser en diciembre. Los diputados no tardaron mucho en advertirlo cuando fueron al reglamento de la Cámara. Ya en su artículo 1 se dispone que la sesión preparatoria para la elección de autoridades del período legislativo debe hacerse “dentro de los treinta días anteriores al de la iniciación del período de sesiones” que, como ordena la Constitución, es el 15 de febrero de cada año.

Por lo tanto, las preparatorias deberían realizarse entre el 14 de enero y el 14 de febrero. No en diciembre, como se especuló hace unas semanas.

No obstante, anda dando vueltas una interpretación por la que ese plazo podría caer en diciembre, si es que no se prorrogan las sesiones más allá del 15, cuando concluye el período ordinario.

Pero, según lo recabado por Página Política, entre diputados del oficialismo y la oposición, esa interpretación del reglamento se considera un tanto “rebuscada”. Y Bordet “siempre ha sido muy prolijo con las cuestiones legales”, advirtió un legislador.

Todo junto

Así, pareciera que la pulseada por el control de la Cámara de Diputados en el último año del gobierno de Bordet quedará atada a los alineamientos internos que se produzcan en el PJ, de cara a las elecciones de 2019.

A propósito, el 15 de diciembre Urribarri encabezará junto al diputado nacional Julio Solanas, un plenario en la ciudad de Villaguay que se toma como una suerte de lanzamiento electoral del kirchnerismo de Entre Ríos.

La interna peronista tiene al menos tres posibilidades de resolución: 1) Unidad. Con Urribarri y Solanas en las listas de Bordet. O sólo con Solanas en las listas; 2) Internas. Siempre que el PJ garantice representación de minorías; y 3) División. Que el kirchnerismo se presente a elecciones por afuera y compita en contra del PJ.

Para el 15 de febrero, cuando Bordet dé su discurso ante la Asamblea Legislativa para el inicio de las sesiones ordinarias, el escenario de la interna ya tiene que estar resuelto, porque el 14 vence el plazo para inscribir las listas de precandidatos para las internas de abril. Siempre en la hipótesis de que Bordet convoque a elecciones para el 9 de junio.

Una decisión del kirchnerismo de ir a elecciones por afuera del PJ debería, por ejemplo, traducirse en una separación de la bancada de diputados del oficialismo. Distinto sería el panorama si la interna se resuelve de otro modo.

El argumento semioficial para adelantar la sesión preparatoria a diciembre era separarla del cierre de listas del 14 de febrero. Evitar que una cosa contamine la otra. Pero en los pasillos de la Legislatura también circulaba otra explicación: aprovechar el malestar que produjo el escándalo de los contratos truchos en algunos diputados del peronismo para quitarle votos a Urribarri.

Ahora, con los diputados atendiendo al reglamento, parecería que la voluntad política es dejar que los alineamientos internos para las elecciones acomode las cosas.

En el caso de haber enfrentamiento, la pulseada se librará entre los diputados electos por el PJ, que son la mitad más uno de la Cámara. Los peronistas electos por el Frente Renovador están con Bordet y se supone que en un año electoral los diputados de Cambiemos no pagarán el precio interno de ratificar a Urribarri en la presidencia.
Fuente: Página Política

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