Bajo la premisa de que “el aislamiento no debe ser emocional”, se pensó entonces en un dispositivo donde las personas institucionalizadas pudieran ver a sus familiares. Así, las visitas al establecimiento comenzaron a ser mediadas por una mampara intervenida (de policarbonato, con mangas transparentes), a partir de una ventana de aluminio que originariamente tenía vidrio.
Acerca de la iniciativa, el director del geriátrico, Valentín Garbelino, indicó: “La primera vez que se habilitaron las visitas a través de la ventana fue el 20 de junio en el Día del Padre, pero luego a raíz de los casos confirmados de coronavirus en Victoria no se permitieron más, en virtud de cuidar la salud de la población a cargo”.
Además de tener en cuenta estos criterios de prioridad, se permite que sólo uno o dos familiares directos puedan visitar a un adulto mayor, por un lapso de 15 minutos. A su vez, los encuentros son espaciados, en función de evitar que se crucen los visitantes.
En tanto, desde el hospital de Victoria se encargan de coordinar y programar los turnos de visita a través de contactos telefónicos con los referentes afectivos de las personas mayores, en principio buscando descartar que sean sospechosos de coronavirus, de acuerdo a la definición de caso vigente.
En cuanto a los protocolos de higiene y seguridad, Garbelino precisó que “cuando los familiares ingresan al hospital se les toma la temperatura y son guiados por un patio hasta la ventana, donde no tienen contacto con otros espacios ni personas. Luego de cada encuentro, el personal procede a desinfectar e higienizar las mangas, principalmente, y el ventanal".