Pero el menor de los dos detenidos fue protagonista de otro relato policial 48 horas después, el miércoles por la mañana, cuando el propietario de una panadería lo redujo en la calle cuando escapaba con la recaudación de su comercio.
Cerca del mediodía, el joven de 23 años ingresó y se dirigió directamente detrás del mostrador. Amenazó a la empleada que atendía a la clientela y sustrajo todo el dinero de la caja. Salió corriendo y los gritos de la empleada alertaron al dueño de la panadería, que lo persiguió y logró aprehenderlo. En la lucha, el joven logró deshacerse del hombre y continuó su escape, pero volvió a ser detenido por el propio comerciante hasta que llegó la Policía.