El dato geográfico no fue el centro de atención periodística de la nota, ya que se puede observar que se enmarca en el momento político electoral donde se reflotó públicamente la información que salpicaba a la actual vicegobernadora de Santa Fe, Alejandra Rodenas, con Alvarado, en función de una escucha telefónica: "Cuando se llega al lugar está el esposo de Rodenas, y en medio del procedimiento ordenado por los fiscales llega la propia Rodenas con el abogado de Alvarado, Paul Krupnik. Después está el audio. Lo que hace estando prófugo en enero de 2019 Alvarado a su abogado Claudio Tavella le dice 'llamala a la Rodenas para que nos ayude en todo esto'", relató Saín, quien agregó que la funcionaria, cuando era jueza, archivaba las causas de los policías que formaban parte de la organización de Alvarado.
La cuestión es que pareció casi naturalizado que las islas sean base operativa de narcotraficantes. Y no es un indicio de esta realidad aquel procedimiento hace más de tres años, sino que se observó más claramente a inicios de 2020 cuando un peón rural encontró en una isla de Victoria 32 kilos de cocaína de máxima pureza. Se mencionaba en su momento que podría haber sido parte de un cargamento que transitaba en algún buque por el río Paraná, o también que podría haber sido arrojado desde el aire por una avioneta. Lo cierto es que estaba allí para que alguien lo buscara para su posterior distribución.
También es un secreto a voces en Victoria la presencia de grandes narcos que se ocultan o invierten en propiedades. Se habla de "Los Monos", aunque el nombre de la banda rosarina ha pasado a ser un rótulo para cualquier narcotraficante de peso oriundo de la vecina ciudad. Este rumor se volvió un poco más real cuando en agosto del año pasado, la localidad entrerriana fue escenario de uno de los 30 allanamientos realizados por la policía Federal (además de Rosario, Santiago del Estero, Villa María y Bahía Blanca, entre otras ciudades, según se había informado oficialmente), en razón de una investigación que desbarató una banda que trasladaba y acopiaba en la región 1.600 kilos de cocaína, en parte para el contrabando internacional, y en parte para abastecer la demanda local.
*Por José Amado