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En la catedral siro-católica de Sayidat Al-Nejat.
En la catedral siro-católica de Sayidat Al-Nejat.
En la catedral siro-católica de Sayidat Al-Nejat.
El Papa Francisco llegó esta mañana de viernes a Bagdad, Irak, en un delicado viaje: el más peligros de todo su pontificado. El avión de Alitalia aterrizó en la capital iraquí a las 14 hora local (8 en Argentina, tras partir a las 7:30 desde el aeropuerto internacional de Roma/Fiumicino.

Francisco descendió del avión usando un barbijo. Al pie de la nave tuvo su Recibimiento Oficial, en el que una banda tocó la Oda a la Alegría. Luego tenía previsto mantener un encuentro con el Primer Ministro iraquí Mustafa al Kadimi, en la sala VIP del aeropuerto.
Agenda de viernes
Francisco también tuvo una Ceremonia Oficial de Bienvenida en el Palacio Presidencial de Bagdad, donde ofreció una Visita de Cortesía al Presidente de la República Barham Salih, en el estudio privado del Palacio Presidencial.

Para este viernes tiene previsto su primer discurso y será a las Autoridades, la Sociedad Civil y el Cuerpo Diplomático en el Salón Del Palacio Presidencial de Bagdad.El segundo discurso, a media tarde, será durante su encuentro con los obispos, sacerdotes, religiosos/as, seminaristas y catequistas en la catedral siro-católica de "nuestra señora de la salvación".
Primer viaje en pandemia
En el avión, un A330 operado por Alitalia, viajaron además 75 periodistas acreditados. En el trayecto de 2.947 kilómetros, el avión sobrevoló Grecia, Chipre, Israel y Jordania.

Se trata del primer viaje del Papa desde el inicio de la pandemia de coronavirus ya que, por motivos sanitarios, el Vaticano decidió suspender todos los viajes internacionales del Pontífice.

El último viaje apostólico del Santo Padre fue a Tailandia y a Japón, del 19 al 26 de noviembre de 2019.
"Era un deber"
"Era un deber hacia esta tierra martirizada", le dijo el Papa a los periodistas a bordo del avión.

El viaje apostólico del papa a Irak tenía todos los ingredientes para ser cancelado. Es el primer desplazamiento internacional en plena pandemia, y después de un repunte significativo de los casos en el país, que cuenta con casi 4.000 positivos respecto a los pocos centenares de las pasadas semanas. También tiene lugar tras los recientes atentados y lanzamientos de proyectiles.

Pero ni el coronavirus ni los problemas de seguridad han sido suficientes para frenar la voluntad del Pontífice, que se ha empeñado personalmente en cumplir uno de los sueños de su pontificado.
El viaje más peligroso
El Papa llegó a Bagdad para un recorrido de cuatro días por un país en el que pretende ser un “peregrino de paz” después de tantos años de guerras y sufrimiento. Según dijo en un emotivo mensaje, el jueves dedicado al pueblo iraquí, Francisco acude para “implorar a Dios perdón y reconciliación” tras el terrorismo.

“Deseo mucho encontrarme con ustedes, con sus caras, visitar su tierra, cuna extraordinaria de la civilización”, expresó el Pontífice, que entre otras cosas visitará las ruinas arqueológicas de Ur, que datan de 1900 a.C., y son consideradas el hogar del profeta Abraham, padre de las religiones monoteístas.

No será un viaje apostólico habitual, con baños de masas y ceremonias multitudinarias. El único lugar donde se espera que se reúnan miles de personas es en una misa en un estadio al aire libre en Irbil, capital del Kurdistán iraquí.

En el resto de los encuentros habrá poco más de un centenar de participantes, a los que se están haciendo PCR. El virus es el invitado más incómodo, pues solo una semana antes del viaje el nuncio (embajador) vaticano en Bagdad dio positivo y no está claro que vaya a poder acompañar al Papa. El Vaticano, que se hizo con un cargamento de dosis del fármaco de Pfizer, ha vacunado tanto a Francisco, de 84 años, como al resto de la expedición que le acompaña en el viaje más difícil de su pontificado.

Estas circunstancias, y también los recientes ataques a bases militares, han hecho que aflorasen algunas críticas sobre la idoneidad del momento para realizar este viaje. El 21 de enero hubo un doble atentado que provocó la muerte de 32 personas en Irak. Además, el país está con toque de queda y los movimientos están muy limitados. Lo más probable es que cuando Francisco se desplace –en coche blindado, nada de papamóvil– las calles de Bagdad estén desiertas.

Preguntado por si el viaje no podía esperar unos meses, el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, explicó que si bien es cierto que es un viaje particular por la seguridad, el “sentido” de un viaje así es hacer comprender a los iraquíes que el Papa está allí para ellos, aunque no puedan verlo directamente.

“Es un gesto de amor extremo –sostuvo–hacia ese pueblo y esa tierra”, y añadió que se han tomado todas las precauciones sanitarias. También Francisco había defendido que, como el viaje de Juan Pablo II en el 2000 se canceló por motivos de seguridad, “no se puede desilusionar a un pueblo por segunda vez”.
Fuente: Diario Clarín - La Vanguardia.

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