Estos y otros interrogantes aparecieron en un diálogo vivaz, espontáneo, entre Mariano Winograd, uno de los productores de frutas más apasionados de la Argentina, un incansable a la hora de recorrer el país visitando emprendimientos, y Pedro Ortega, oriundo de Mataderos pero hoy arraigado en Concordia, donde posee una fábrica de jugos y acaba de plantar frutillas, dispuesto a aprender de la experiencia.
Winograd abrió un canal en YouTube denominado YouFruVer, en el que es posible dar con el video de este encuentro con Ortega, a quien presentó como un “amigo de toda la vida que fue verdulero, productor, mayorista, de todo. Ahora es industrial en Concordia. Su marca de jugos es Sol y Frutas. Se trata de su tercera fábrica. La primera funcionó en Mataderos, la segunda en el departamento Federación y la tercera en el Parque Industrial de Concordia”.
Pero lo más reciente es que Ortega adquirió una finca de arándanos a una empresa que se retiró de Concordia. “Tuvo un primer año interesante por la crisis del arándano peruano, por su falta de invierno”, explicó Winograd, y Ortega ratificó: “Tuvimos suerte de pagar el derecho de piso barato. Nosotros de arándanos no entendíamos nada y nos hicimos cargo de esto y pudimos exportar”.
Antes de hablar de las frutillas, su nuevo emprendimiento, Pedro Ortega confió que tiene un proyecto de montar un mercado para Concordia. “Es un legado”, dijo, y enseguida explicó su arraigo a la ciudad: “Me casé con una concordiense y ya me radiqué. En el DNI ya dice que soy de Concordia”.
El diálogo finalmente derivó en la cuestión de la frutilla:
-¿Qué pensás hacer con la frutilla? ¿Por qué toda la vida hubo frutilla en Salto y no en Concordia? –disparó Winograd.
-O, ¿por qué se hace en Coronda y no en Concordia?, retrucó Ortega.
-¿Por qué en Argentina está concentrada en un lugar con tantas dificultades de agua y no usamos Concordia que tiene el mejor agua del mundo?
-Por la misma razón que los japoneses eran tintoreros.
-Un uso y costumbre. No hay otra explicación…
-Acá hacen naranjas, cítricos, pero nadie se puso a hacer frutillas.
-El año pasado hubo una experiencia al otro lado de la ruta y ahora vos con tres hectáreas.
-Estas tres hectáreas son para probar. Estamos poniendo muchas variedades, para ver cuál es la que mejor se adapta al lugar. Más allá del cultivo, del que tenemos mucho que aprender, todo lo demás es altamente favorable, tanto el agua como el suelo, como la logística. La mejor logística del país es la de Concordia, por lejos.
-Vos querés traer, por ejemplo, 25 cajas de algo del mercado central, llamás por teléfono y tenés un camión que te la trae. En Catamarca, un camión entero no tenés como traerlo así de fácil.
-Y lo mismo Corrientes.
-Como novedad tecnológica este año, la cobertura, los macrotúneles. ¿Por ahora, nada de sustrato ni de hidroponía?
-No. Es más, no estoy tan seguro que la hidroponía sea lo que va, cuando uno tiene en cuenta inversión, esfuerzo, producción, calidad.
-Contame lo de la cobertura.
-Vamos a probar con la cobertura de Agricover en macrotúneles, a ver cómo nos va con eso. Creemos que puede ser una experiencia interesante, mejor que la del polietileno, en cuanto a trabajo, ventilación y demás.
El diálogo cerró ahí. Duró apenas 4,21 minutos, aunque dejó muchas cuestiones abiertas. Por lo pronto, tal vez sean muchos concordienses los más sorprendidos al escuchar a dos productores de frutas elogiar al agua de esta región como una de las de mayor calidad en el mundo y a la logística como una de las mejores de la Argentina.
¿Sera esta experiencia de Pedro Ortega y este diálogo con Mariano Winograd un mojón en un camino que conduzca al desarrollo de la producción de frutillas en la región?
