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Los ocupantes de la sala permanecieron en silencio. Siguieron con suma atención el relato de la joven que acababa de sentarse frente al micrófono, en el lugar reservado a los testigos, el centro del recinto de audiencias. Con 24 años, la chica se mostró firme en la decisión de contar lo que sabe. Brindó un relato compacto, sin contradicciones. Respondió con coherencia las preguntas que le hicieron y dejó un gesto de impresión en quienes escucharon su testimonio.

Ella tiene amigos en común con Alfonso. Sabía que había fiestas en quintas y que allí "hacían estar chicas con hombres por dinero". "Se escuchaban rumores de esas fiestas, eran muy conocidas en esa quinta", dijo, en referencia a las instalaciones del empresario Roberto Pietroboni frente al autódromo de Concordia.

Luego, su relato se centró en la despedida de soltero de Puerto Yeruá, donde tuvo sexo con un hombre. "Recuerdo que no eran hombres de acá. Eran aproximadamente 15 varones y 4 chicas. Fue Alfonso quien hizo ir a la gente a esa fiesta. Yo no conocía a nadie ahí. Cuando llegamos, uno de los chicos a quien le decían Chino me preguntó qué hacía ahí, de forma despectiva, como que no encajaba por mi vestimenta, porque las otras chicas fueron más producidas. Era una despedida de soltero. Sabía que en ese lugar había sexo por dinero", aseveró.

--¿Cómo sabía que Alfonso recibía una compensación por eso?—se le preguntó.

--Porque las chicas tenían la plata que le daban a él—respondió la joven.

"Yo no las conocía a todas. A Roxana Navarro sí y ella estuvo en esa fiesta", reconoció luego.

El fiscal José Ignacio Candioti le leyó una serie de mensajes de texto que figuran en el expediente, que salieron del teléfono de Alfonso al teléfono de Roxana Navarro. En esa comunicación, el publicista le pidió a Navarro que "puliera" a la testigo víctima. Le indicó que debía instruir a la joven para que de un modo u otro tenga sexo con hombres y "que no haga bardo". También le advirtió en esa comunicación que borre los mensajes.

Según la testigo, Roxana Navarro no le hizo ninguna insinuación en ese tono. Pero luego contó que esa noche tuvo sexo con Chino. "Yo no me prostituía y el chico capaz se dio cuenta de eso. Me dijo que vayamos a otro lado. Fuimos a una parte de la quinta que tiene como cabañas o departamentos y allí tuvimos sexo. Creo que este chico le pagó a Alfonso por tener sexo conmigo, porque el chico me dijo que si tenía que darle algo a Alfonso no había problema. Cuando estábamos vino otro chico y me quiso obligar para que esté con otros", relató.

La joven acotó que después de la despedida de soltero las llevaron a un boliche. "Ahí lo encontramos a Alfonso y nos preguntó cómo había estado la fiesta. Después yo me fui a otro boliche", aseguró.

La testigo también refirió a una oportunidad en el departamento de calle Monseñor Rösch. "Fui a la inauguración porque me llevó un amigo. Éramos cuatro chicas", precisó y asentó que allí estaba la víctima. "En esa fiesta, S -nombre de fantasía de la denunciante- tuvo relaciones no sé bien con cuántos, pero fueron cuatro o cinco. Yo no tenía relación con ella", añadió. También reconoció en ese ambiente a la pareja de Alfonso. "Yolanda Zárate ya era la novia de él hacía como cuatro o cinco meses", afirmó y de ese modo contradijo la versión del imputado y su pareja, quienes sostienen haberse conocido en octubre de 2014.

Otros relatos


Claudia Florencia trabajó con Alfonso en la radio cuando hacía el último año de secundaria, antes de cumplir con la pasantía. Todavía no tiene 20 años. Su testimonio fue confuso desde el comienzo y durante todo el desarrollo. Admitió que había participado de asados en la quinta de Pietroboni, con gente que desconocía y que después iban al boliche. "A ese lugar me llevaba Daniel Badaracco, un amigo que entonces tenía más de 30 años. En la radio comencé con Alfonso porque me dijeron que necesitaban a alguien para trabajar. Estuve dos o tres meses y la relación con Alfonso fue normal", dijo.

Luego, Carla Paulina Bordet llegó a testificar como vecina de los departamentos de calle Monseñor Rösch. Ratificó que mientras Alfonso estuvo viviendo en el segundo piso B, con él habitaba una chica -la víctima- y frecuentaba la pareja, Yolanda Zárate. "Un día le pedí a mi marido que vaya a decir que bajen la música y terminen los ruidos porque mis hijos no podían dormir", recordó y agregó que su esposo también solicitó una madrugada que despejen los garajes que estaban ocupados con autos que no eran de personas que habitaban el lugar. "Desde el baño escuchaba que estaban de fiesta, que tenían sexo entre varios. Había varias personas en ese departamento", señaló. La mujer también dijo que la víctima presentaba aspecto de menor de edad.

María Sol tiene 18 años. Fue compañera en la escuela primaria de la víctima y en varias oportunidades acudió en su ayuda. Este martes contó: "Ella me dijo que se veía con un señor. En una oportunidad, incluso subió fotos con él al Facebook. Ella siempre estaba conectada al Facebook, pero la semana que estuvo desaparecida no leía los mensajes".

Daniel Eduardo Stanghelini es el dueño de los departamentos de calle Monseñor Rösch. "Éramos amigos de la infancia con Alfonso y le alquilé el departamento porque la hermana de él es amiga de mi esposa", aseguró. Sostuvo que no sabía que Alfonso tenía a una menor de 16 años en el lugar. "Cuando leí lo que había pasado en un matutino de Paraná, le pedí a Alfonso que se fuera porque es un lugar familiar. Él me dijo que estaba todo arreglado. Después que pasó todo y fue el allanamiento, Alfonso comenzó a mandarme muchos mensajes pidiéndome cosas, dinero. Eso me molestó y le dije que no me metiera en esas cosas ni a mí, ni a mi familia", indicó.

La versión de Zárate


Yolanda Itatí Zárate es la pareja de Gustavo Alfonso. Es enfermera y trabaja en el Hospital Masvernat. Pese a la mayoría de los testimonios obrantes en el expediente, la mujer sostuvo este martes que conoció a Alfonso justo en los días en que comenzó la causa, es decir en octubre de 2014. Las pericias sobre los teléfonos arrojaron una serie de mensajes en los que Alfonso le ofreció a Zárate participar de la despedida de soltero en Puerto Yeruá. "Son 1.000 pesos por tres horas con chicos de Córdoba y Santa Fe", le leyó el fiscal Candioti. Sin embargo, la mujer lo negó. "Desconozco", se limitó a responder. También negó que Alfonso la haya ofrecido enviando fotos suyas en ropa interior.

Zárate reconoció que tiene una hermana llamada Gisela y trabaja en el Consejo Provincial del Niño, el Adolescente y la Familia (Copnaf). "En el departamento de calle Monseñor Rösch estaba S, mi hermana que estaba planchándole camisas a Alfonso porque necesitaba un dinero extra, yo y Alfonso", dijo, cuando recordó el día que la Policía rescató a la menor.

"Cuando yo lo conocí, él me la presentó a S. Ella no estaba secuestrada, era productora del programa y ayudaba a lavar un plato o cocinar. A mí nunca me pareció raro que hubiera una chica en el departamento de Alfonso, porque allí entraban y salían muchas chicas, se iban a cambiar, porque eran promotoras y organizaban las previas. Yo no vi nada raro, ella estaba bien, contenta, feliz. Incluso me dijo que se estaba mensajeando con un psicólogo del Copnaf que le había tirado onda. No parecía menor de edad. Se estaba quedando en la casa de Alfonso porque se había peleado con la madre y no tenía donde ir", aseguró para concluir.

El caso


El 30 de octubre de 2014, una comisión de la Comisaría del Menor de Concordia encontró en un departamento de calle Monseñor Rösch a una adolescente que entonces tenía 16 años. La Policía llegó hasta allí acompañada por la madre de la chica que acababa de denunciar su desaparición y que aportó el dato del lugar para encontrarla.

Unos días antes de desaparecer, había comenzado a trabajar como promotora de un boliche y como productora en el programa de radio que conducía Alfonso. Durante unos 20 días, la joven no volvió a su casa y excepto en una oportunidad que tuvo un breve contacto por teléfono con su madre, nada se supo de ella.

Cuando la rescataron, la adolescente contó que Alfonso la golpeaba, la drogaba y la hacía prostituirse. Dijo que debía estar en fiestas con renombrados personajes de la política local y provincial. La causa fue de las más resonantes en Entre Ríos y tomó otro impulso público cuando la monja Martha Pelloni replicó el caso en medios nacionales.

Después de más de dos años de instrucción en la Justicia Federal de Concepción del Uruguay, el expediente llegó al TOF de Paraná para el juicio oral. El único imputado es el publicista concordiense Gustavo Alfonso, que está procesado por trata de personas con fines de explotación sexual contra una menor de edad. El fiscal general es José Ignacio Candioti, el querellante particular es Daniel Cedro, y el representante de Alfonso es el defensor oficial Mario Franchi. Los jueces a cargo son Roberto López Arango, Lilia Carnero y Noemí Berros.
Fuente: Análisis Digital

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