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Es cierto, el río ha comenzado a bajar y las autoridades municipales han informado que a medida que el agua se vaya retirando irá trabajando en los lugares que vayan emergiendo. En la noche de ayer la altura era de 6,30 m. frente al puerto. Ahora baja aproximadamente 2 centímetros por hora, pero hubo momentos en que el descenso era más rápido. En el tiempo que falta, si todo sigue así podríamos haber recuperado ya nuestro principal atractivo, las playas, tan vapuleadas estos días pasados por las redes sociales y los periódicos digitales.

Nos queda sin embargo la otra sombra que año a año nos acecha, la lluvia. Este año, al respecto, la situación es distinta.. Enero, habitualmente seco, se ha transformado en un mes de copiosas lluvias y repetidas tormentas. Es tanta la cantidad de agua caída que el suelo está permanentemente mojado, los caminos vecinales están sufriendo las consecuencias y el escenario habitual de la Fiesta, el Parque Quirós, no escapa tampoco a esas consecuencias.

En resumen, de aquí en más necesitaríamos que la naturaleza comenzara a ayudarnos, más y más y los encargados de la fiesta pudieran trabajar con entusiasmo, también más y que, por supuesto, febrero se presentara radiante.

El pronóstico de esta semana sigue siendo desalentador y habla de tiempo inestable, lluvias y tormentas dándonos un respiro para volver a empezar cuando la semana vaya terminando.

Pero, como el famoso consejo de Kipling recordaremos “no te des por vencido ni aún vencido”.

Esperemos el río sega bajando, las tormentas se vayan disipando y en quince días pudieramos mostrar la mejor cara de Colón a turistas, artesanos, visitantes y locales, logrando un éxito sin igual en una Fiesta inolvidable.
Fuente: Elentrerios (edición impresa)

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