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Gran repercusión tuvo en la sociedad colonense la entrevista de Juan Rementería con diario El Entre Ríos, medio con el que se comunicó para contar el hecho del que resultara víctima el pasado 8 de enero, preocupado por la posible impunidad de sus agresores, los que previamente habían acosado a dos jóvenes -una de ellas menor de edad- en la esquina de 12 de Abril y Presbítero Cot. En la madrugada del sábado, volvimos a conversar con el sereno de la Parroquia Santos Justo y Pastor para ver cómo había transitado las últimas horas.

"La repercusión ha sido muy buena. A través de mi esposa que tiene muchos conocidos acá en Colón y amigos en su Facebook, todos se preocuparon. La gente que viene a la madrugada a la parroquia –que siempre entra en silencio, saluda y se va- la mayoría al enterarse vino a saludarme, se preocuparon y se ofrecían a cubrir los gastos de algunos de los elementos que me habían roto, pero les dije que quiero que se hagan cargo los responsables. También sé que leyeron la nota por LT26 y en otra radio", mencionó.

En cuanto a las lesiones recibidas, indicó: "Sigo con dolor por la luxación de un dedo de la mano izquierda, y tuve un pinzamiento en la cintura pero el dolor ya me pasó".

"Según me han comentado, desde Concepción del Uruguay mandaron a pedir un informe al Tribunal de Faltas sobre el vehículo en cuestión y están averiguando quién manejaba el auto, ya que uno de ellos tenía restricción para conducir", dijo Rementería.

"La Policía lo tendría que haber identificado y medirle la alcoholemia en el momento; no sé si lo hicieron. Si las chicas les dieron la patente, los deberían haber ido a buscar. Tampoco nadie me convocó para identificar quién era el que me agredió, ya que aparentemente son tres los que suelen andar juntos. Por las fotos que yo veo, el que me atacó era el médico, pero hasta que no me llamen a identificarlos, no sé concretamente cuál de los tres es", sostiene, y agrega que "esa noche dentro del vehículo eran tres o cuatro".

Una mujer en la madrugada


En la madrugada del viernes, el sereno recibió en la parroquia una insólita visita.

"Llegó una mujer y habiendo cien bancos vacíos, se sentó en la punta del banco que da a la puerta del medio, donde me ubico yo. Es raro que alguien que viene a rezar se siente tan cerca de mí. Me miraba hasta que se decidió a hablarme. Dijo que vino a ver cómo estaba porque leyó la nota en el diario, e intentó una burda defensa de los agresores queriendo poner la culpa en las chicas, diciendo que las mujeres salen a provocar a los hombres, que andan casi desnudas por la calle. Yo le dije cómo habían sido las cosas en realidad", comentó Juan, para luego agregar: "Según ella, siempre viene a rezar a las 3:30 de la madrugada. Mientras yo estuve acá, nunca vino, jamás la vi".

Al llegar a su casa y comentarle a su esposa lo ocurrido, pudieron identificar a través de Facebook que la visitante en cuestión sería la madre de los hermanos involucrados en el hecho. "Vi la foto y para mí era ella, una mujer rubia y gordita", dice Juan a diario El Entre Ríos.

Una justicia igual para todos


Juan Rementería pide que sus agresores no sean medidos con una vara diferente por el hecho de no pertenecer a la clase baja.

"Me dijeron que en febrero me citarían a mediación, pero yo no la voy a aceptar. Si me dicen que con la mediación los va a procesar igual y el día de mañana les va a costar conseguir trabajo como le cuesta a los pibes que quedan procesados, bueno, entonces lo voy a pensar, pero si me dicen que con la mediación los 'limpian', no", asegura.
Fuente: El Entre Ríos (Edición Impresa)

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