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"Deberían prohibir la definición por penales por el alto riesgo de infartos", fue lo que aseguró el presidente de la Fundación Cardiológica Argentina, tras el final del partido entre Colombia-Inglaterra, que mostró los nervios que genera una definición por penales.

El DT oriundo de Entre Ríos, José Pekerman, los sufrió como nadie. Como en una película de terror, el argentino optó por taparse los ojos y dejar que los gritos de sus compañeros del cuerpo técnico le hicieran saber si la pelota entraba o no al arco. Si su equipo ganaba o perdía.

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Así se mostró durante todas las ejecuciones. Las de Colombia. Y también las de Inglaterra. Con las manos en la cara, sin querer ver qué ocurría dentro de la cancha. Esa imagen fue el reflejo de que lo que muchos hinchas sienten en estos momentos, donde se define la permanencia en un Mundial, y que, eventualmente, puede acarrear riesgos para la salud.

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El médico Jorge Eduardo Tartaglione, presidente de la Fundación Cardiológica Argentina aseguró que la definición por penales debería ser eliminados por “el factor de riesgo cardiovascular”, cuando se le preguntó sobre sus efectos en la salud.

"Los cardiólogos hemos encontrado una notable relación de lo que existe entre las emociones, el fútbol y el corazón", explicó el Tartaglione.
Qué sucedió en otros Mundiales
El médico dio ejemplos: "En 1998, en el Mundial de Francia, durante la definición por penales entre Argentina e Inglaterra, se incrementó un 30% la tasa de infartos en toda Inglaterra".

Por otra parte, Tartaglione detalló que en el Mundial de Alemania 2006, a lo largo de los siete partidos que jugó el seleccionado germano, "se incrementó la cantidad de personas que fueron internadas por infarto en todas las unidades coronarias alrededor de Münich".

Sin embargo, agregó: "Cuando Alemania fue eliminada y quedó sin posibilidades de disputar la final, comenzó a bajar la tasa de infarto".

También ocurrió una situación similar en Sudáfrica 2010. "Cuando Uruguay gana en los penales contra Ghana, en el penal de (Sebastián Washington) Abreu, que se la 'picó' al arquero africano, una mujer se infartó en Uruguay mirando la definición", recordó.

Tartaglione resalta además que no las emociones en el fútbol no sólo pueden causar daño, sino que también pueden provocar impensados beneficios en la salud.

"En el 98, después de que Francia, el anfitrión, salió campeón, en París se registró una disminución de la tasa de infartos", cerró el especialista.
Fuente: Clarín

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