Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imagen

Agrandar imagen
¡Vaya coincidencia! En el mismo día del superclásico, todo lleva a suponer que los vocales del Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos, remedando al VAR que por la noche funcionará en la Bombonera, intentarán "revisar" minuciosamente una "jugada" polémica: la difusión de las planillas de sueldos de los integrantes del cuerpo, con nombres y apellidos pero con al menos dos omisiones manifiestas, el código de la "antigüedad" y los "viáticos". Imposible predecir si algo de lo que se digan unos a otros en el espacioso salón en el que deliberarán los nueve desembocará en anuncios concretos, rectificaciones o incluso renuncias. De lo que no hay dudas es que habrá reproches y catarsis, y, sobre todo, un repaso crítico de lo ocurrido.

Acostumbrados a la exégesis de textos, fuentes de los tribunales resaltaron con remarcador las primeras palabras del polémico comunicado del miércoles 16 de Octubre, allí donde se lee: "El presidente del Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos, Emilio Castrillon, y el Defensor General de la provincia, Maximiliano Benítez, hicieron públicos hoy los haberes correspondientes de ambos organismos".

¿Por qué darle tanta relevancia a lo que parece sólo una introducción obvia? Porque creen desprender de ese giro inicial una conclusión relevante: que Castrillon se habría cortado solo. Es decir, no habría consultado al resto de los vocales ni puesto el comunicado a consideración del pleno, en el habitual Acuerdo de los martes. "Comunicó el presidente, no el STJ", aclaran, aferrándose al texto en su acepción literal.

Motivo especial para solicitar el VAR tendría el juez que apenas una semana atrás fundamentó el fallo que condenó a la empresa ENERSA a divulgar los salarios de sus directivos, lo mismo que quienes adhirieron a su voto. La razón sería muy sencilla: las planillas difundidas el miércoles no cumplen con esa sentencia. Dicho de modo más directo: le endilgan al presidente del STJ haber desobedecido ni más ni menos que una sentencia emanada del propio cuerpo supremo. En casa de herrero, cuchillo de palo. Cuesta creer que la información sobre algo tan sensible como los sueldos no haya surgido de un lógico e indispensable acuerdo entre todos los miembros de lo que -no por casualidad- es un cuerpo colegiado, y que, para colmo, lo hecho no se ajuste a las pautas que el propio tribunal recomendó en un fallo que no data de 10 años atrás sino que es jurisprudencia tan fresca como pared recién pintada.

¿Habrá un nuevo comunicado, esta vez del STJ? ¿Cuán distinto y cuán claro será? ¿Incluirá antigüedad y viáticos? Imposible pronosticarlo.

Lo cierto es que en la sede del máximo tribunal entrerriano, el aire se podía cortar a cuchillo tras la siestera y polémica divulgación de las planillas. Al extremo de que no han faltado especulaciones sobre una retirada anticipada de Castrillon de la presidencia, cargo del que se irá de todas formas -como ya él mismo lo anunció-, no tanto porque quiera sino porque no contaría con los votos para ser reelecto.

Volviendo a la analogía del VAR, no sería de extrañar la participación de otros "árbitros" que, aunque no se los vea en la cancha, por estos días estén revisando la jugada y hablando al oído a los vocales. ¿Quiénes integrarían ese VAR invisible? Uno puede imaginar -tal vez equivocadamente- operando a hombres de la política con incidencia en la vida del STJ, como el siempre poderoso Fiscal de Estado, Julio Rodríguez Signes, enemigo íntimo de Castrillon; los exgobernadores Jorge Busti y Sergio Urribarri, cada uno por su lado, o el actual mandatario Gustavo Bordet, aunque, en este último caso, siempre en forma indirecta, con extrema cautela.

Como sea, nadie que conozca al actual presidente del Superior Tribunal de Justicia puede sorprenderse por su estilo. Tampoco parece coherente que sus pares, responsables de haberlo elegido para suceder a Claudia Mizawak, ahora se muestren escandalizados. Sería un rasgo de hipocresía que justamente los diferenciaría de esa franqueza fuera de todo cálculo, desconcertante, indómita, con la que suele moverse el ahora cuestionado presidente.

Dicho en criollo, Castrillon actúa como es, para bien o para mal. Durante su gestión es un hecho que la información del Poder Judicial se multiplicó por diez y la agenda de audiencias públicas de varios tribunales entrerrianos comenzaron a transparentarse en tiempo y forma.

Claro que también se dejaron traslucir otras cosas mientras Castrillón ha detentado la presidencia del cuerpo; por ejemplo, su encono personal hacia el Procurador Jorge A. García, asunto que a esta altura se volvió vox populi. Tal vez haya otros magistrados que también tengan recelos hacia el titular del MPF, pero los disimulan.

Habrá que esperar que pase el Acuerdo de este martes para saber si el polémico comunicado que omitió incluir un código clave en los sueldos del STJ se vuelve o no una experiencia de la cual aprender, sin necesidad de que la sangre llegue al río.

Un buen criterio en el cual inspirar la comunicación de asuntos sensibles y numéricos como los sueldos podría inferirse de aquella frase atribuida al genio de Scalabrini Ortíz: "La economía es algo muy sencillo; basta saber sumar, restar, multiplicar y dividir; si usted pregunta algo y no lo entiende, pregunte otra vez; si otra vez no entiende es que lo están engañando..."

O sea, en materia salarial, que sea tan simple como ver en la columna de la derecha el importe real que va al bolsillo del funcionario. Complicarla con asteriscos y códigos dará razón a un pícaro refrán popular, ese que dice "no aclare que oscurece".
Fuente: El Entre Ríos

Enviá tu comentario