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“Es un esfuerzo bastante grande porque nosotros somos una Pyme chica”, dijo Negusi Toller, quien trabaja junto a sus cinco hermanos en la empresa Toller Hermanos, que produce cítricos sobre 500 hectáreas propias y alquiladas, años atrás montó su propia planta de empaque y que ahora se dedica también al negocio de la exportación, sin intermediarios.

Solo una de los seis hermanos Toller no está dedicada a full a esta empresa familiar que ya lleva tres generaciones y que le da trabajo a 100 personas. Pero eso sucede porque tiene un permiso especial de sus hermanos para trabajar solo medio día con ellos. Es que es maestra y la otra mitad de la jornada prefiere seguir dando clases.

Mientras en el campo se cosecha y en el empaque van cargando los bines de fruta fresca para enviar a Europa, Darío cuenta que “siempre” hicieron algo de exportación, pero “antes cosechábamos la fruta de la planta y se la vendíamos al exportador”. Es decir, formaban parta del pasamanos. La decisión de avanzar con el empaque tuvo que ver con esto, con comenzar a manejar todos los hilos de su negocio.

“Primero empezamos con el empaque propio para el mercado interno. Y el año pasado hicimos una prueba piloto para ver si nuestro ‘packing’ daba para hacer el proceso de exportación. A principios de año decidimos viajar a la feria de Berlín y conseguimos un par de clientes. Viendo el panorama complicado que se presentaba para la campaña de este año, finalmente decidimos empezar a hacer nuestro desarrollo de exportación”, cuenta el empresario. Ya llevan más de 100 mil cajas de cítricos exportadas y ahora debutaron en Europa.

-¿Por qué decidieron integrarse hacia arriba de la cadena?

-El mercado te va llevando. Cuando ves que el mercado interno está saturado tenés que buscar estas alternativas. Negocios para hacer hay un montón, hay que saberlos buscar. Las oportunidades siempre están. Con esta devaluación que tuvimos somos un poco más competitivos. Lo que pasa es que somos una pequeña Pyme, estamos en la Argentina y todo cuesta un montonazo.

Darío Toller, productor de Federación, repite que no es imposible la competencia en el exterior, aunque no resulte nada sencilla. Hay que tener claro que “nosotros en el mundo somos un oferente más, y a veces no podemos exportar porque somos muy caros”.

-¿En qué somos caros?

-En toda la cadena, la mano de obra, todos los insumos son dolarizados, tenemos una carga impositiva muy alta. Además hoy aparecieron nuevos competidores en el mundo que hace 15 años no estaban. Perú es un caso, es el productor casi número 1 en mandarinas, con costos mucho más bajos. En naranjas, competimos directamente con Sudáfrica, que produce muchas más toneladas por hectárea que nosotros.

Afirmó Darío que las dificultades son cotidianas. Pero repitió de inmediato: “Creo que hay oportunidades”.

“Hoy en día, en nuestra empresa estamos trabajando en los dos frentes. Somos el paradigma de las nuevas empresas que tienen que surgir acá en la zona. Hay que mirar un poco a la exportación y después precisamos el mercado interno, que es muy grande. Ahí necesitamos que mejore el poder adquisitivo de toda la gente para que consuma el cítrico”, nos dice.

-¿Y qué necesitan este tipo de empresas de la política?

-Bajar las cargas impositivas es fundamental para las economías regionales. Y los aportes patronales. Nosotros podríamos tomar más mano de obra, estamos precisando más gente. pero a veces no la podés tomar por los costos que eso tiene.

Negusi agregó que otra necesidad es el financiamiento. “Con las tasas que tenemos, no podemos entrar en ningún banco, para comprar una maquinaria nueva, un tractor, o hacer riesgo”, explicó.

-¿No estás pidiendo subsidios?

-Es que no, porque nosotros lo que necesitamos es rentabilidad. Subsidios no necesitamos. Necesitamos que el negocio sea rentable y yo creo que hay herramientas para poder llevarlo adelante. Hoy la citricultura en nuestra región cumple un rol social. El político tiene que tener esa mirada en cuanto a la citricultura y el resto de las economías regionales.
Fuente: Bichosdecampo.com

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