Aun con la asistencia estatal a los sectores de menos recursos, la profundización de la crisis social derivó en que 2,2 millones de personas, un salto de 5 puntos, sean considerados pobres. La indigencia también creció: subió 4 décimas y atañe a 2,47 millones de argentinos.
El informe de la UCA difundido esta mañana proyecta que, entre el tercer trimestre del año 2017 y el mismo período del corriente año, 2,2 millones personas son nuevos pobres. Los efectos de la megadevaluación, la galopante inflación de este año, la recesión y la caída del salario real explican los datos de pobreza que revela la UCA, convirtiéndolos en los más altos de la década, desde 2010.