El pasaje bíblico, que se elige para el inicio de la audiencia general, se lee en todos los idiomas y un sacerdote entrerriano fue el encargado de hacer la lectura en castellano justo en el momento en que un niño se acercó al Papa Francisco para pedirle el solideo. Según pudo saber Elonce TV, se trata del presbítero Gabriel Viola, oriundo de Colonia Nueva (Departamento Paraná), que fue un testigo en primer plano del curioso momento vivido este miércoles por la mañana, en el aula Pablo VI del Vaticano.
Un niño de 10 años, llamado Pablo, se acercó espontáneamente al Papa, se sentó a su lado durante la audiencia general y trató de quitarle el solideo blanco. "Este niño nos dio una lección a todos", dijo el Sumo Pontífice. El menor, que posee retraso cognitivo, llegó a Roma con su familia desde San Ferdinando di Puglia y se acercó directamente a la silla del Papa. Francisco lo vio acercarse con una sonrisa.
En cuanto el niño apareció frente a él, le estrechó las manos, dándole un golpe afectuoso y una caricia. En medio de la mirada divertida de los fieles presentes en el aula, mientras seguía leyendo la Carta de San Pablo en varios idiomas, el Papa intercambió unas palabras con el niño y le preguntó si quería sentarse a su lado. Inmediatamente monseñor Leonardo Sapienza, regente de la Prefectura de la Casa Pontificia, se levantó para cederle la silla. En enero de este año, el padre Viola recibió como misión pastoral servir en la 1ª Sección de la Secretaría de Estado de la Santa Sede y como ecónomo-prefecto de Estudios de la Pontificia Academia Eclesiástica.
Hasta hacerse cargo de su nuevo rol, el Presbítero estaba en Filipinas ejerciendo su servicio en la representación pontificia. También desempeñó funciones en la Nunciatura de El Salvador y Belice.
Al ser nombrado para desempeñarse en la Santa Sede, se mostró agradecido ante las expresiones de afecto y oración que recibió desde la arquidiócesis de Paraná.
