Si bien no pertenece al grupo de riesgo, porque tiene 30 años, asegura que no fueron días fáciles y que los síntomas la hicieron sentir muy débil.
"Quiero contarles primero (para quienes no saben) que llevo más de 8 años siendo enfermera, la mayor parte de ellos trabajando en UTI (Unidad de Terapia Intensiva) y que a pesar de haber atendido muchos pacientes con afecciones respiratorias y usado mucha menos protección de la que se usa actualmente, no recuerdo la última vez que estuve enferma. Hoy (por este martes) es mi último día de aislamiento, después de haber dado positivo a COVID19, pero estoy aislada desde el 20 de agosto, cuando estuve expuesta, ese día y el anterior, a un paciente que hasta ese momento no era considerado sospechoso, cosa que cambió de manera abrupta cuando nos informaron que familiares habían dado positivo. Me aislaron por precaución y ahora agradezco la manera en que se desarrollaron los eventos. Mi mayor miedo siempre ha sido estar contagiada sin saberlo y terminar contagiando a alguien a quién le pueda ir peor de lo que me fue a mí y les digo sinceramente que lo pasé muy mal. Comencé a tener síntomas 5 días después de comenzar el aislamiento, el 25/08 y me realizaron el hisopado el 28/08, no tuve el resultado hasta el 31/08; aunque hubo demoras en esto y la incertidumbre es horrible, es acá donde agradezco las circunstancias, ya que yo ya estaba aislada y con muchas menos probabilidades de contagiar, tanto dentro como fuera de mi casa. En ese momento me fastidiaba un poco la demora, pero sé cómo se realizan los hisopados, entiendo que hay recursos limitados, no solo físicos, sino recursos humanos que deben estar calificados para realizarlos, quienes también merecen un descanso, tanto físico como mental".