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Soledad Retamar (derecha), exponiendo
Soledad Retamar (derecha), exponiendo
Soledad Retamar (derecha), exponiendo
Soledad Retamar es Ingeniera en Sistemas, especialista en Ciencias de la Computación, forma parte de un grupo de investigación en Bases de Datos en la Regional Concepción del Uruguay de la Universidad Tecnológica Nacional, y se ha convertido en una de las profesionales más consultadas sobre las cifras de esta pandemia en nuestro país.

-¿Cómo es el trabajo que realiza este grupo de investigación?

Veníamos haciendo proyectos de ciencias de datos y cuando llegan los primeros casos al país, pensamos en hacer el seguimiento, ya que en ese momento no había mucha información. Entonces tomamos curvas de los países más afectados del mundo y de Sudamérica, uno en particular de Argentina, después uno en Entre Ríos y a nivel departamental.

Diariamente, a partir de los reportes y la base de datos del Ministerio de Salud, analizamos la evolución en las distintas provincias y generalmente lo publicamos en Twitter. Además, tenemos un sitio en el que actualizamos los gráficos de los reportes.

-¿Qué dicen los números en Entre Ríos?

-En estos últimos días, el promedio de casos diarios comienza a mostrar cierta estabilidad, creo que producto de las restricciones de la semana pasada.

En el reporte de hoy (sábado) hubo 1.038 casos. El promedio venía siendo de 1.100, luego 1.092 y ahora 1.029.

Llevamos tres días con un leve descenso, que quizá sea poco todavía para decir que sea sostenido, pero al menos comienza a mostrar estabilidad.

-¿Cómo son estas cifras respecto a otras provincias?

-La mayoría de las provincias atraviesa estos días los máximos valores desde el inicio de la pandemia, con valores de incidencia (cantidad de casos teniendo en cuenta la población) muy por encima de lo que se define como alto riesgo.

Una de las pocas que escapa a esta situación es Misiones. Pero después vemos provincias como Formosa, Córdoba, Santa Fe, San Luis, Neuquén con un crecimiento muy grande.

Si nos comparamos con otras provincias, estamos en un 9° lugar en cuanto a riesgo.

Este indicador es establecido por el Ministerio de Salud de la Nación y considera los casos de las últimas dos semanas. Lo que muestra es qué tanto está afectando el virus a la población y cuál es el riesgo de esa provincia respecto a la pandemia.

-Es llamativo lo de Formosa pese a sus restricciones.

-Durante todo 2020 tenían armados centros de aislamiento donde tenían una estrategia muy estricta, con la que habían podido contener el avance del virus. Una metodología cuestionable, pero que funcionó.

Cuando tuvieron que cambiar por la intervención de la Justicia, comenzaron a tener contagios y un crecimiento exponencial como ninguna otra provincia en el país, en muy poco tiempo. Cuando uno observa la curva de Formosa, parece una pared, rápidamente fue para arriba.

-¿No hubiese sido preferible que ese contagio fuese gradual?

-Ellos tenían contagios, pero evitaban la propagación con mayor velocidad. Lo vimos en varias localidades de nuestra provincia, donde tuvieron algunos contagios en la primera ola y la pudieron contener sin que llegue a poner en estrés al sistema sanitario.

El secreto está en el aislamiento temprano de aquel que pueda estar contagiado. En Formosa reclamaban que ese aislamiento era tirano, lo que es entendible, pero se estaba pensando en la salud. De 3 fallecidos en 2020 pasaron a 546 en 2021, y cuando uno piensa en términos de pandemia lo que justamente hay que tratar de evitar es que haya muertos.

-Algunos consideran que en Argentina fue muy temprano el inicio de una cuarentena estricta, lo que a la vez la hizo muy extensa. Sin embargo, según cifras que dan a conocer los medios nacionales, estamos en los primeros puestos del ranking de países con más cantidad de infectados y muertos. A priori pareciera que no dio resultado esta estrategia, ¿es así?

-El ranking es temporal; compararnos hoy con Reino Unido o Israel no es justo, porque estamos en momentos diferentes.

Independientemente de eso, coincido en que fue temprano, pero es hablar con el diario del lunes. No sabemos qué hubiese pasado si se dejaba sin restricciones con un sistema de salud devastado como estaba en ese momento. En Argentina en un principio no había ni capacidad de testeos y de a poco se fue reforzando.

Aclaro que no hablamos de restricciones, sino del trabajo de los efectores de salud de aislar preventivamente. Eso, con los niveles actuales de incidencia, se torna una tarea prácticamente imposible, pero es de las estrategias que más ha favorecido para evitar la propagación.

-¿Cómo es la situación actual en los departamentos entrerrianos?

-Todos están bajo lo que se denomina “de alto riesgo sanitario”. Hoy (sábado) el Ministerio de Salud publicó la categoría en la que entra cada departamento del país y todos los que superan los 40 mil habitantes están con alto riesgo. En la publicación no están todos los de Entre Ríos porque algunos no llegan a esa cantidad de habitantes, pero si no deberían entrar.

Lo que hacemos es aplicar igual los dos indicadores en base a los cuales determinan el riesgo, con lo que tendríamos en la provincia todos los departamentos en rojo.

Paraná está en alerta sanitaria por tratarse de un departamento con más de 300 mil habitantes y la ocupación de las terapias intensivas por encima del 80 por ciento.

También la región sanitaria que conforman los departamentos de Gualeguaychú, Gualeguay e Islas Ibicuy está con una ocupación de UTI extremadamente preocupante. En Gualeguaychú está al 100 por ciento, a lo que se suma que el crecimiento de casos puede hacer que en los próximos días más personas requieran del servicio.

-¿Habremos llegado a un techo o todavía no?

-Probablemente veremos una leve baja en la próxima semana. Va a depender de qué tanto se hayan acatado las restricciones de la semana pasada. Pero no podemos hablar de un pico porque todavía tenemos el invierno por delante.

-¿Qué nos dicen los números respecto a la vacunación?

-En la provincia estamos superando el 20 por ciento de la población vacunada. Cuando analizamos los mayores de 60 años vacunados con al menos una dosis, ese porcentaje asciende al 85 por ciento.

Las poblaciones son proyectadas, es decir pueden acarrear cierto error, porque el último censo es de 2010. Pero estamos en el promedio general del país.

-Hace algunos días se conoció la cantidad de dosis recibidas y aplicadas en cada provincia, y en Entre Ríos se veía un cierto desfasaje entre ambas cifras. O sea, aparentemente un ritmo lento de vacunación ¿Hay alguna explicación para esto?

-En muchas provincias pasaba eso y suele ser porque están cargando al sistema mucho más lento de lo que están aplicando.

Por otro lado, cuando Nación distribuye las dosis a las provincias impacta enseguida en el monitor de vacunación; pero hasta que se aplican y se carga, la diferencia llama la atención.

También pasa a nivel nacional, donde de 17 millones y medio de dosis recibidas y distribuidas, no llegan a 14 millones las aplicadas.

-Te saco de lo que tiene que ver estrictamente con los números, para preguntarte si coincidís con los criterios de prioridad establecidos desde el Plan Rector de Vacunación.

-Creo que se debería haber considerado a quienes durante este tiempo de pandemia fueron esenciales. Lo de los mayores de 60 años era prioritario, porque mirando las cifras se veía que más del 80 por ciento de los fallecidos pertenecen a este grupo. También lo era el personal de salud.

Ahora, hay muchas personas, como los empleados de un supermercado o farmacia trabajaron desde el comienzo de la pandemia, que no fueron tenidas en cuenta entre los grupos prioritarios.

En lugar de los docentes universitarios, que tal vez tienen la posibilidad de seguir un tiempo más en forma virtual, se podría haber dado prioridad a docentes de inicial, primaria y secundaria. Creo que la virtualidad tiene un impacto más negativo en los niños y adolescentes.

-El tema de la modalidad de clases es de los más polémicos en este momento ¿Qué impacto tuvieron las aulas abiertas en las cifras de contagio?

-Uno se puede contagiar en cualquier ámbito, por qué no en una escuela, más allá de los protocolos bien implementados.

Hay estudios a nivel mundial que demuestran que es una actividad con riesgo asociado como cualquier otra. No es foco de contagio, pero no queda exenta de la realidad. A través de los niños, en un aula se reúnen diez familias diferentes.

-Creo que la pregunta que nos hacemos la mayoría, pasado más de un año sin poder llevar una vida normal, es cuándo va terminar esto ¿Hay alguna estimación desde los números? Quizá desde la experiencia de otros países o del ritmo con el que se está vacunando.

-Partiendo desde un área que no es la mía, quienes son referentes en infectología o inmunización hablan de que debe haber un 70 por ciento de la población vacunada para hablar de inmunidad de rebaño, lo que permitiría evitar que el virus se siga propagando.

Observamos en Israel e incluso países de Europa que comienzan a acercase a una normalidad, lo que nos lleva a pensar en un 2022 donde hayamos superado este virus.

Me animo a decir que quizá para la primavera nuestra ya tengamos un porcentaje considerable de gente inmunizada que nos permita retomar algunas actividades.

-¿Qué porcentaje de población vacunada tiene la Argentina en este momento?

-Con una sola dosis hay un 24,18% vacunado. En Entre Ríos, el 21,65%. Si bien nos falta, hasta hace un mes no se podía vacunar porque no había dosis; hoy se ha destrabado el envío de dosis de algunos laboratorios y vemos que empiezan a llegar con mayor velocidad.
Fuente: El Entre Ríos

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