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Tomás López nació en Curuzú Cuatiá en 1997, pero de chico se radicó junto a su familia en Colón, donde hizo las inferiores en Club Atlético Campito. A los 14 años fue captado por Quilmes y, luego de viajar a una prueba, se integró a las inferiores y desde allí permanece en la entidad del sur del Gran Buenos Aires, donde llegó a debutar en Primera división en 2017, en la campaña que el “Cervecero” descendió a la Primera Nacional.

Luego de superar una rotura de ligamentos cruzados que lo alejó varios meses de las canchas y le hizo perder terreno, el correntino busca revancha y atraviesa la etapa de cuarentena con mucho optimismo, entrenando muy fuerte a la espera de la habilitación para el regreso a las prácticas grupales y, más adelante, de la competencia oficial.

“Volví a Colón los primeros días de mayo y, luego de hacer la cuarentena, empecé a prepararme hasta que surgieron los brotes y la ciudad volvió a fase 1. Ahí se complicó un poco, pero por suerte hace unas semanas se habilitó todo de nuevo y pude retomar la rutina normal”, le contó el zaguero central a El Entre Ríos.

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Y agregó: “Desde el club hacen tres videollamadas semanales y para los restantes días nos mandan trabajos para que hagamos de manera particular. En mi caso estoy entrenando fuerte con un profe que me da una mano, en un campo donde tengo más libertad y puedo hacer ejercicios específicos”.

López, que tiene contrato con Quilmes hasta junio de 2021, es parte del plantel que comanda Facundo Sava y tiene como principales figuras a Mariano Pavone y Leandro González.

En el certamen que quedó en suspenso, el “Cervecero” estaba cumpliendo una floja campaña y se ubicaba 11° en la Zona 2, lejos de los puestos de Reducido.
Fuente: El Entre Ríos

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