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El brazo político del movimiento evangélico de Entre Ríos volverá a jugar con Rogelio Frigerio en la interna de “Juntos por el Cambio”, como lo hicieron en 2021. Tienen mejores vínculos con el PRO que con la UCR.

El partido UNO (Una Nueva Oportunidad) tuvo este fin de semana un encuentro nacional en Paraná. El brazo político del movimiento evangélico reunió a su Mesa de conducción nacional (algo que ocurre cada seis meses) en el Centro Mariápolis el viernes y sábado, con la participación de unas 300 personas provenientes de 12 de las 14 provincias donde el partido tiene presencia.
Dentro de Juntos por el Cambio
La resolución fue la esperada: seguir siendo parte de “Juntos por el Cambio”, frente electoral al que identifican como el más eficaz para vencer al “populismo kirchnerista”.

En 2021, los evangélicos jugaron en la interna de JxC dentro de la lista que encabezó Rogelio Frigerio, con Evangelina Muller como candidata en el sexto lugar de la lista de diputados nacionales. Hoy Muller se perfila como una candidata de los evangelistas para la intendencia de San José, su ciudad.

En el plenario del fin de semana, los saludos que recibieron fueron todos de referentes nacionales del PRO: Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich, María Eugenia Vidal, Diego Santilli, Cristian Ritondo y, claro, Frigerio. También saludaron Miguel Ángel Pichetto y la diputada nacional evangélica Dina Rezinovsky.
Ningún radical
¿No tienen vínculos con dirigentes de la UCR? “En los primeros pasos que dimos en 2020 estuvimos en diálogo con (Alfredo) Cornejo, cuando era presidente de la UCR. Quedamos en buen contacto con él. Pero no se avanzó con los que tienen pretensiones presidenciables. No hemos coincidido en ningún encuentro. Por cercanía territorial y con los equipos ha sido mucho más fluido con los referentes del PRO”. El que contesta la pregunta es el paranaense Leandro Jacobi, que el fin de semana actuó como anfitrión del encuentro.

En Entre Ríos, el partido UNO tiene mayor desarrollo en las ciudades de Concepción del Uruguay, Paraná, Villaguay, Concordia y La Paz. Y están haciendo pie en Nogoyá y Victoria.
Definiciones de Jacobi
“Somos gente nueva, muchos jóvenes, que estamos dando los primeros pasos en política. Con muchas ganas, entusiasmo y equipo. La cercanía con Frigerio es natural y viene desde antes de que se candidateara”, explica Jacobi.

El vínculo con el líder entrerriano del PRO se entabló a través de Gustavo Hein, cuando aún estaba al frente de la intendencia de Basavilbaso y Frigerio era ministro del Interior del gobierno de Mauricio Macri. “Fue muy natural nuestra coincidencia de valores y de forma de ver la política”, acotó el dirigente evangélico.

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Jacobi tuvo su primera participación junto a Frigerio y Hein antes de que se forme el partido UNO. Como miembro de la corriente “Gobernar Bien”, integró, como segundo suplente, la lista de diputados nacionales de 2019, que llevó a Hein al Congreso de la Nación.

En la interna de Paraná, Jacobi trabajó junto al exdirigente de la DAIA, Diego Duglovitsky quien se había lanzado como precandidato a intendente por el PRO, impulsado por la entonces viceintendenta Josefina Etienot y por la diputada provincial Ayelén Acosta. Buscaban enfrentar al concejal Emanuel Gainza, que se postulaba para la intendencia.

Pero Duglovitsky declinó sus aspiraciones a cambio se sumar en la lista de concejales de Gainza a Desireé Bauza, que terminó ingresando al Concejo Deliberante gracias a que, en las PASO de abril de 2019, la lista de Gainza obtuvo minoría y pudo llevar candidatos en la lista de concejales que acompañó a Sergio Varisco, en la que estaban Walter Rollandelli y Francisco Avero, junto a Claudia Acevedo.

Pero ni Acevedo ni Buaza se sumaron al bloque de Juntos por el Cambio, mientras Dlugovitzky recalculó sus orientación política y se integró a la gestión del intendente peronista Adán Bahl, como subsecretario de Transporte.

El grupo de evangélicos al que pertenece Jacobi también trabajó en su momento con Roberto Niez en Concordia, el dirigente que en 2020 le dio la interna a Frigerio para la renovación de autoridades partidarias.

“Nuestro perfil es ese. Ver quienes tienen capacidad y entusiasmo para formar equipo y meterle pilas para poner nuestros equipos a consideración y a trabajo del frente”, explica Jacobi.
No a Milei
-¿Javier Milei tiene peso dentro del mundo evangélico de la provincia?
-En Entre Ríos tengo mucha cercanía con la comunidad. Soy abogado de la Asociación de Pastores de Entre Ríos. La expresión que puede llegar a apoyar a Milei es muy minoritaria dentro de nuestra gran comunidad, quizá más vinculado al perfil personal de Miriam Muller (que fue candidata a diputada en 2021 y juntó el 3,7% del total de votos) y no a una cuestión colectiva y grupal. A nivel nacional pasa lo mismo. El discurso de Milei choca con argumentos nuestros, con la forma de ver lo social, porque nosotros tenemos mucha cercanía con la gente que la está pasando mal. No podemos ser tan extremistas y dejar de ayudar al prójimo.
El 15% de la población es evangélica
-¿Tienen medido qué población de Entre Ríos es evangélica?
-Podemos hacer referencia a un trabajo muy serio que ha hecho el Conicet en 2019, que establece un porcentaje nacional y la Región Centro coincide con ese número nacional, que ronda entre el 12 y el 15% de la población con vinculación con la fe cristiana evangélica. En 2008 la medición daba un 8%. Hay un crecimiento exponencial importante de la comunidad.

-¿Hay una zona de la provincia en la que tengan más desarrollo?
-Han acompañado muchas corrientes migratorias. Hay comunidades europeas que ya venían con la fe protestante. Lo que ha pasado es que la horizontalidad que tenemos está permeando en un montón de lugares. En la provincia se estima que hay más de 600 iglesias y la verdad que es un desafío llegar a todas para trabajar en conjunto, por la horizontalidad que tenemos. A nivel partidario trabajamos con nuestra gente conocida, que tiene vocación, ganas, no importa la idiosincrasia, si es bautista, pentecostal. Simplemente la convicción, los valores de un espacio que se sustenta en los valores cristianos y abre el panorama para todo el que quiera participar.

-Es difícil medir de ese 12 o 15% cuántos tienen interés en actuar en política o en votarlos.
-Tal cual. Sí hubo un cambio muy exponencial en los últimos años en los que se pasó quizá de no tener mucha vocación de participación política a un llamado y una necesidad de participar. De alguna manera, el despertar de todo eso tiene que ver con el proyecto de legalización del aborto de 2018. Eso impulsó a mucha gente que quería involucrarse. Tenemos un trabajo muy grande en capacitarnos, en generar masa crítica porque toda esta gente nueva, con muchas ganas, también necesita formarse políticamente. Tenemos una escuela de formación política, nos estamos institucionalizando, tenemos nuestra fundación y todo ese camino lleva a un potencial muy lindo, que lo estamos trabajando de una manera muy horizontal y desde el llano. Pero con buenos resultados: cada vez somos más, cada vez hay más cuadros.
Sí a Frigerio
-¿Tienen aspiraciones de integrar la próxima legislatura provincial?
-Tenemos una vocación de ser gobierno con Rogelio, buscando donde podemos aportar la mayor cantidad de cuadros y de gente con capacidad. Tenemos cuadros que pueden integrar la legislatura, pero estamos muy lejos de la elección y es irrespetuoso pensar en eso con tantas necesidades que hoy tiene la gente.

-Además de Evangelina Muller en San José ¿tienen otros candidatos para intendencias?
-Si, en Santa Elena, con el actual concejal Lucas Benítez, profesor de educación física. Después, aunque no integran el partido, hay gente evangélica peleando intendencias, como el caso del radical Pablo Omarini, actual secretario de gobierno de Ramírez, con un perfil muy bueno.

-¿Qué similitudes y diferencias tienen con el movimiento evangélico de Brasil, que hoy posee una importante gravitación política?
-Este despertar para tener participación en lo público a nosotros se nos dio hace apenitas un par de años. Ellos empezaron a fines de los 80. Tienen más tiempo de trabajo y una mayor población evangélica, que ronda el 30%. Hay una diferencia de cantidad y de tiempo de trabajo. Trabajaron con Lula, también con Bolsonaro y hoy son uno de los ejes del voto que se está buscando en Brasil para el balotaje.

-¿A quién votarías el domingo?
-La verdad que me costaría mucho. La última vez que viajé, por un intercambio en la universidad en 2015, vi realidades muy diversas. En ese momento estaba a full la lucha contra la corrupción y todo lo que pasaba con el Lava Jato. La verdad que me dificultaría mucho votar a alguien que esté vinculado a cuestiones de corrupción. Y eso sólo deja la opción de Bolsonaro.

-¿El discurso violento de Bolsonaro no te hace ruido?
-Obvio que sí. Pero la verdad que, en la balanza, la corrupción hace mucho daño y es uno de nuestros principales males en Argentina, que tenemos que terminar de una vez. Yo preferiría otro candidato más representativo de nuestros valores. Pero Brasil tiene dos opciones y una polarización muy grande. No votaría a Lula.
Fuente: Pablo Bizai para Página Política.

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