El auxiliar docente trabajaba desde hacía 30 años en la escuela, y estaba comprometido con la actividad sindical. Solía viajar a Entre Ríos para vacacionar en la ciudad de sus padres, a la que definía como “su lugar en el mundo”.“Que Dios te tenga en gloria Rubén Rodriguez, mi más sentido pésame!!! Te conocí y fuiste mi portero. Un gran dolor! Vamos a luchar porque no pase más esto, descansa en paz!”, posteó una ex alumna, Mica Moray, en Facebook. Otras expresiones de dolor y recuerdo del trabajador también pueden verse en las redes, a la vez, en una marcha realizada por docentes, personal no docente y alumnos de distintas escuelas bonaerenses, podían verse carteles con su nombre.
Desde la municipalidad hablan de "tragedia evitable" y ese es el sentimiento que predomina en las calles aledañas a la zona del accidente, en donde los reclamos se sienten con fuerza.
Relato del momento de la explosión
Jesica es madre de tres menores que asisten a la escuela y además parte de la cooperadora que gestiona la escuela. En diálogo con La Nación, contó: "Como todos los días Sandra, la vicedirectora, vino y abrió el lugar con Rubén, que es portero y auxiliar de cocina. Pero explotó todo. Ella salió volando y aterrizó en la casa de un vecino, rompió una reja. Murió a las 8.10 y a las 10 el cuerpo estaba tirado ahí. Un vecino tuvo que sacar una sábana y la taparla porque estaba a la vista de todos, de los chicos que venían para acá".Además, agregó que el problema del gas no era ninguna novedad, sino un inconveniente con el que luchan desde hace tiempo: "Tenemos más de ocho expedientes por fuga de gas en la escuela. Se vienen suspendiendo las clases seguido. Acá los chicos desayunan, almuerzan y meriendan, pero se les cortan las jornadas porque no se arregla nada".
Angustiada por lo ocurrido, habló de injustica y de responsabilidades. "Esto no es un accidente, es un asesinato. Esto se pudo haber evitado. Firmé un montón de actas con reclamos. Es una escuela para 200 y vienen 500 chicos".