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Estaba previsto que el juicio se realizara del 1° al 14 de abril de este año, pero fue postergado por la pandemia. Con 30 presos como testigos, fijaron una nueva fecha para el comienzo de las audiencias: será en abril del año que viene.

Cabe recordar que tres internos serán juzgados por los hechos ocurridos en la Unidad Penal de Victoria el 7 de junio de 2018, donde murieron calcinados otros seis presos. Enfrentan una posible pena de prisión perpetua. El debate comenzará el jueves 8 a las 9 de la mañana y continuará los días 9, 13, 15, 16, 19, 21, 22 y 23 de abril de 2021. No obstante, desde el Tribunal de Juicio y Apelaciones de Gualeguay se informó que, si la agenda lo permite, el juicio podría adelantarse.

Las declaraciones testimoniales, las indagatorias (si las hubiera) y los alegatos girarán alrededor de lo que sucedió en solo dos minutos: desde el momento en que tres jóvenes salen de su celda del pabellón Nº 3, tiraron un colchón en llamas a la celda Nº 2 y cerraron y trabaron la puerta, hasta que los penitenciarios llegaron para abrirla e intentar rescatar a la siete personas que estaban allí. Solo una sobrevivió con graves quemaduras en sus pies.

Las víctimas fueron los paranaenses Justo Silva, de 53 años; Marcelo Beber, de 31; Brian Alarcón, de 21; Francisco Coronel, de 19, y los victorienses Vladimir Casco, de 20, y Marcelo Rodríguez, de 30. Emilio Oscar Suárez, hoy de 29 años, sufrió graves heridas en las piernas y es el único sobreviviente.

Los imputados son Kevin Paniagua, de 20 años; Ramón Ismael Framulari, conocido como Bebe, de 19, y Maximiliano Exequiel Chamorro, alias Coyi, de 20. El primero cuenta ya con al menos otras dos muertes, por asesinatos perpetrados cuando era menor.

Los principales testigos del caso serán los más de 30 presos que presenciaron aquel fatídico episodio, así como el sobreviviente Suárez. También irán a declarar los agentes penitenciarios que cubrían la guardia aquel día a las 6.30, los que abrieron las puertas de las celdas y los que acudieron al rescate. Además darán sus testimonios los médicos forenses que practicaron las autopsias y los peritos de Bomberos que trabajaron en la escena del crimen.

Pero el caso cuenta con una particularidad probatoria que quizás hará más sencillo dilucidar qué pasó: el video de la cámara de vigilancia del pabellón, donde quedó todo registrado.

El fiscal Eduardo Guaita imputa a los presos el delito de séxtuple homicidio calificado por: alevosía (que es actuar sobre seguro, sin posibilidad de defensa de las víctimas), ensañamiento (generar un sufrimiento innecesario), utilización de un medio que genera un peligro común (al haber desatado un incendio) y por la premeditación de tres o más personas. Además, el intento de homicidio de Suárez.

En cuanto al móvil que estuvo detrás del peor ataque criminal por cantidad de víctimas del que se tenga memoria en la provincia, surgió uno como posiblemente el principal: que Suru Silva, el mayor de entre los presos de un pabellón con muchos jóvenes, instaba a los demás a no drogarse, trabajar y capacitarse durante el tiempo que llevaran presos. Paniagua, al parecer, opinaba lo contrario y le puso fin al conflicto con fuego, un medio que había utilizado en otras ocasiones.
Fuente: UNO Entre Ríos

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