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Un juez de instrucción porteño procesó a Juan Manuel Ducler, hijo del fallecido financista Aldo Ducler, por intentar chantajear a directivos del Grupo Petersen –propietario del Nuevo Banco de Entre Ríos SA–, a quienes exigió 20 millones de dólares mediante amenazas de imputaciones contra el honor. También fueron procesados los abogados Pablo Brugo y Alejandro Sánchez Kalbermatten, que representan a Ducler.

Los tres fueron detenidos el 28 de diciembre de 2017 a pedido del juez Rodolfo Cresseri y menos de 24 horas después fueron liberados por decisión del mismo magistrado, quien postergó las declaraciones hasta febrero, cuando finalizó la feria judicial, debido a que entendió que no existía riesgo de entorpecimiento de la investigación.

Tanto Ducler como sus abogados fueron capturados luego de cobrar una “entrega controlada” de dinero durante un procedimiento realizado en las oficinas del Grupo Petersen y trasladados hasta la Superintendencia de Investigaciones, donde se los notificó de la causa en su contra. Las reuniones que mantuvieron en aquel edificio con Matías Eskenazi Storey y Sebastián Eskenazi fueron filmadas por completo y el material forma parte de la causa. En las grabaciones se puede ver como Ducler exigía 20 millones de dólares a cambio de no revelar supuestos manejos irregulares con fondos de la provincia de Santa Cruz y la compra de YPF por parte de la familia Eskenazi.

Como parte del plan extorsivo, además, en las reuniones Ducler aseguraba haber intentado negociar a cambio de dinero con periodistas y miembros de distintos sectores políticos desde los que, según dijo, recibía “mucha presión”.

Una primera reunión se concretó a instancias de Brugo, ex cuñado de Sebastián Eskenazi, a quien convocó a una reunión sin explicarle los motivos. Allí se presentó el 8 de noviembre, en nombre de Ducler y Sánchez Kalbermatten, diciendo que “estaban en la búsqueda de dinero con la intención de que Ducler no siguiera declarando mediática y judicialmente contra la familia Eskenazi y el Grupo Petersen”, mencionó también a personas que habían participado de esa campaña de desprestigio y que le prometieron dinero a Ducler pero no cumplieron.

Luego de esa reunión, Sebastián Eskenazi convocó a Matías Eskenazi Storey y Mauro Dacomo, director de Asuntos Legales del grupo, y decidieron averiguar lo que estaba ocurriendo, para lo cual organizaron una nueva reunión, que sería grabada.

En otra reunión, que se concretó el 21 de noviembre, Brugo y Sánchez Kalbermatten le solicitaron a Dacomo que les diera “20 palos” para no filtrar información que calificaron de “confidencial” y “dañina” para el Grupo Petersen. Dijeron además que la documentación estaba en poder de Aldo Ducler y que su hijo la había obtenido tras el fallecimiento del financista en extrañas circunstancias en la vía pública. Era, en realidad, un racconto de información periodística donde Ducler difamaba al grupo económico.

Una vez entregadas las filmaciones a la Justicia, desde el Juzgado de Instrucción Número 44, a cargo de Cresseri, solicitaron generar una prueba (la entrega de dinero) mediante un encuentro supervisado por la Policía que finalmente terminó con la detención de Ducler y sus abogados, Brugo y Sánchez Kalbermatten.
Fuente: Página Judicial

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