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Cuando fue necesario sumar socios para ensanchar su espacio y fortalecerse, Mauricio Macri le dio rienda suelta al juego político. Pero a la hora de decidir los nombres de los candidatos, la lapicera quedó en la mesa chica de Pro. El jefe de Gabinete Marcos Peña , la gobernadora María Eugenia Vidal y el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta fueron quienes definieron las listas del oficialismo en los principales distritos, con la supervisión del Presidente.

Ese esquema de decisión dejó heridos. El grupo que se ganó el nombre de "ala política" de Pro salió noqueado del cierre de listas de estas elecciones. Fue un golpe duro el que sufrieron Emilio Monzó y Rogelio Frigerio, sobre todo con el armado de la provincia de Buenos Aires, sostiene la periodista Maia Jastreblansky, para La Nación.

"No es nada nuevo, pero algunos creyeron que la llegada de Miguel Pichetto iba a reivindicar al trabajo político que hicieron y eso no pasó", reflexionaban cerca del binomio pro "rosca".

Este sábado, Frigerio y su viceministro, Sebastián García de Luca, se recluyeron en la quinta de Monzó en la localidad de Pacheco, mientras en el hotel porteño NH Bolívar se cocinaban los últimos lugares en las listas provinciales. Pichetto, por su parte, pujaba sin demasiado éxito por colar algunos nombres en las nóminas bonaerenses.

En 2015, Monzó había tenido muñeca para armar las listas de legisladores nacionales y provinciales de Buenos Aires. Pero esta vez, Vidal hizo valer el poder de su estructura propia cuando el viernes cerró la nómina de candidatos a Diputados por Buenos Aires en una reunión a puertas cerradas en sus oficinas de Retiro, junto a su jefe de gabinete, Federico Salvai, y Peña.

La gobernadora cedió espacios a varios aliados para exhibir apertura política. Le dió la cabeza de lista a su ministro de Seguridad, Cristian Ritondo , pero luego sumó a una extrapartidaria como María Luján Rey y repartió lugares expectantes entre la UCR y la Coalición Cívica.

Fue así que relegó a un noveno lugar al viceministro de Interior, García de Luca, hombre del riñón de Monzó para quien se esperaba un lugar destacado en la boleta. Los dos diputados provinciales que responden a Monzó, Oscar Sánchez y Marcelo Daletto y sus dos senadores, Marcelo Pacífico y Gabriel Monzó, tampoco renovarán sus escaños en la legislatura bonaerense.

El armado de las listas de la provincia no hizo más que dejar expuestas, una vez más, heridas que en el oficialismo existen desde hace tiempo. Monzó nunca tuvo la luz verde de Vidal para su armado político en Buenos Aires y en La Plata nunca quisieron que los funcionarios del ministerio del Interior caminaran la provincia.

"Armaste las listas en 2015, bastardeaste por cuatro años, y ahora querés de nuevo la lapicera. No es así. María Eugenia hizo valer a los propios y a los aliados", dijo un importante hombre de la provincia que vio el armado desde adentro. "Monzó siempre tuvo legisladores pero no territorio. Acá había que darle a los socios políticos y a los intendentes, nadie puede poner a dedo", agregó.

Pichetto también se vio frustrado al intentar colar algunos nombres en las nóminas. El senador había querido a la peronista Claudia Rucci como candidata a diputada nacional para un lugar expectante, como parte del acuerdo con el gobernador cordobés Juan Scharetti. Rucci finalmente irá como candidata a legisladora provincial. Tampoco tuvieron lugares Baldomero "Cacho" Álvarez y la senadora Mabel Muller, del armado del candidato a vicepresidente.

Así como Vidal no tuvo condicionamientos para su armado, Rodríguez Larreta monopolizó el armado en la Ciudad. Debió ser generoso para hacerle espacio a la multiplicidad espacios políticos que confluyeron con el oficialismo porteño. Sacrificó lugares destacados en las listas que siempre fueron de Pro, con la ilusión de convertirse en el primer jefe de gobierno porteño que se impone en primera vuelta en la Capital Federal, una hazaña que necesita más del 50% de los votos.

Así, Rodríguez Larreta le dio a Lousteau la primera candidatura a Senador a Martín Lousteau y cedió ante el radicalismo porteño que exigió a una candidata joven y pañuelo verde para secundar al economista. El primer candidato a diputado nacional fue reservado para la Coalición Cívica, mientras que la cabeza de la lista para la legislatura porteña fue cedido a Diego García Vilas, un hombre de Graciela Ocaña. De los primeros diez lugares a legisladores porteños, solo tres fueron para Pro.

Peña, en tanto, fue el hombre designado por Macri para los armados en las provincias más grandes del país. No solo estuvo a cargo de armar en Buenos Aires y la Ciudad, sino también de seguir muy de cerca a Córdoba, Santa Fe y Mendoza y de monitorear el resto del país. Frigerio se dedicó a administrar a las fuerzas políticas en las provincias que no gobierna Cambiemos.

En algunas provincias, como Tierra del Fuego, San Luis, Misiones, Formosa y Entre Ríos, los socios del oficialismo no llegaron a un acuerdo, y anotaron varias listas de candidatos a legisladores nacionales para las PASO.
Fuente: La Nación - Maia Jastreblansky

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