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Los representantes de los trabajadores de la madera advirtieron que se deja sin materia prima a los aserraderos locales por “la desmesurada exportación de rollizos a distintos países europeos, perjudicando la industria del aserradero, ya que el diámetro que se exporta deja sin materia prima a los aserraderos de la zona”. La industria de la madera aserrada se desarrolla en Entre Ríos principalmente en los departamentos Concordia, Federación y Colón, generando una importante cantidad de mano de obra en la actualidad: se estima que son alrededor de 3.000 los trabajadores del sector, que hoy están preocupados porque podría verse afectada su labor.
Concordia
En esta línea, Eduardo Paredes, tesorero de la Unión Obreros y Empleados de la Industria Maderera de Concordia, manifestó la inquietud del gremio por esta situación, que envió una nota a las autoridades provinciales el 10 de este mes, para que interceden en el tema. Según explicó, se ven afectados por empresarios locales y temen que la merma del trabajo genere cesantías en los aserraderos entrerrianos. “Solicitamos a las autoridades que pongan un freno a esta manera de exportar y eviten que nuestros trabajadores se vean perjudicados en un tiempo no muy lejano”, indicó el dirigente, citando el pedido hecho en la misiva que enviaron a Casa de Gobierno, de la que aún no recibieron respuesta.

Según contó, este hecho se está dando también en alguna medida en las provincias de Corrientes y Misiones con los rollizos de pino. En Entre Ríos, en tanto, predomina el eucalipto, que suele utilizarse habitualmente en el mercado interno para la fabricación de pallets para otros sectores industriales, también para la industria de la construcción, y en algunos casos para hacer muebles, aunque en menor proporción.

“Lo que estamos viendo es que los industriales madereros de la provincia tienen muchas dificultades cuando quieren adquirir parte de un monte. Reciben la oferta de rollizos de un diámetro más chico, con lo cual al aserrarlo se gasta energía y todo tipo de cosas, y la producción que deja es muy poca”, comentó el gremialista.

En este marco, sostuvo: “Esto genera que por ahí el empleador no pueda adquirir los montes y repercute en la suspensión de los trabajadores, porque la Ley de Contrato de Trabajo permite la suspensión hasta 45 días en el año por determinadas cuestiones. Lo charlamos con industriales del sector de Federación, Concordia y Colón y nos propusimos hacer algo para evitar que esto perjudique a los trabajadores, que en ocasiones pueden llegar a ser más de 3.000, porque sabemos que la actividad nuestra por ahí permite que haya mucha gente en situaciones irregulares”.

Existe un grupo exportador a nivel nacional que es el más cuestionado, ya que estiman que “van directamente y adquieren una cierta cantidad de hectáreas de monte y en base a eso para hacer la producción”, según mencionó Paredes, quien aclaró: “Hay información extraoficial de que han adquirido la mayoría de los montes acá en la zona y son los que se encargan de exportar, con la cual nosotros no tenemos ningún inconveniente con eso, pero pedimos que nos den la posibilidad de contar con rollizos de diámetros que corresponde aserrar”.

De acuerdo a lo que explicó, los postes que resultan de utilidad deben tener al menos entre 15 y 20 centímetros de diámetro. “Nos dejan los de menos diámetro para poder trabajarlos. Nosotros en la jerga de la madera decimos que nos dejan la cáscara, porque el eucalipto se corta en cuatro partes, le sacan los costaneros, que son las dos tablas que salen de costado, y después sale el panel completo, el medio, de donde se hace el aserrado de las tablas”, indicó.

Por otra parte, refirió que para cortar un eucalipto que le sirva a la industria maderera se debe esperar al menos un lustro, que es aproximadamente el tiempo necesario para que el árbol crezca. Y antes se hace un cultivo en un vivero, que también lleva su tiempo. Al respecto, el dirigente señaló: “El dueño de la forestación hace su plantación del eucalipto, que es el que más conocemos acá, que comienza con una crianza en los viveros, y cuando tiene una altura determinada se hace la plantación en los montes y hay que esperar entre 5 y 7 años para poder cortarlo”.

“El pino sí demora un poco más, entre 10 o 11 años. A diferencia del pino, el eucalipto produce lo que llamamos un rebrote, porque una vez que se tala vuelve a brotar y puede haber un segundo corte. Con el pino no pasa eso, y una vez que cortan la plantación tienen que desarmar toda la tierra y volver a plantar otra cosa nueva”, observó.
Pedido de control
Paredes comentó que a partir de diciembre la actividad merma, “porque la mayoría empieza a salir de vacaciones y las tareas medio que paran hasta febrero o marzo”. Y aseguró: “Queremos difundir esto ahora porque nos preocupa que se lleven quizás 10 camiones para la exportación, y nos están dejando casi nada para que nosotros podamos trabajar. Lo que nos llama la atención es que a nivel gubernamental no se hace un control más completo de qué cantidad se está exportando, y lo que esperamos ahora es que alguien a nivel gubernamental nos escuche, porque muchas familias dependen de eso. Esperamos que se ponga algún tipo de canon o, si lo hay, que se respete, porque si no se pone un freno a la exportación desmedida de postes de mayor diámetro, se va a ver seriamente afectada nuestra fuente laboral. Ya hemos notado, aunque no en todos los establecimientos, que hay trabajadores que por ahí en la semana, trabajan uno día o dos días nada más, porque no hay postes”.

“Nuestra actividad, que es muy importante para las economías regionales, está un poco olvidada”, dijo a modo de conclusión, esperando que se tomen medidas que se protejan las fuentes de empleo del sector.
Fuente: UNO Entre Ríos

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