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Mientras el ministro de Educación nacional, Nicolás Trotta, y sus pares de las provincias buscarán aprobar el protocolo oficial que moldeará el retorno a las clases presenciales en el país, los gremios docentes con representación nacional ponen reparos a la intención de reanudar las clases en agosto.

Consideran que muchos edificios escolares no están en condiciones de cumplir con el protocolo sanitario que se elaboró en el Ministerio de Educación y que debería aumentarse la inversión de tal modo que permita que durante julio, el mes que queda, se reacondicionen los establecimientos y se los abastezca de los insumos necesarios.

En tal sentido, el titular de la Unión Docentes Argentinos (UDA), Sergio Romero, aseguró que habrá “serias dificultades” para que las clases presenciales puedan retomarse en agosto próximo en los distritos en los que no haya coronavirus y alertó que al final de la cuarentena “se producirá una gran deserción escolar”.

Romero, quien también es secretario de Políticas Educativas de la CGT, sostuvo que “las dificultades del sistema educativo en el contexto de la pandemia de coronavirus no son nuevas y ya quedó demostrado la histórica ausencia del Estado como principal actor y responsable de la educación”.

“El interior del país es muy distinto a la Capital Federal. Si se pretende que las clases comiencen en las escuelas que no tengan dificultades, no empezarán nunca, porque están saturadas de dificultades”, aseguró el dirigente gremial. Y añadió que el Estado debe invertir hasta agosto próximo para que los establecimientos educacionales “estén en condiciones” y retomen las clases.
“El Estado debe acondicionar las escuelas”
“Deseo que se recupere el dictado de clases, pero en 60 días la Argentina no podrá solucionar los históricos problemas del sistema educativo. El Gobierno debería informar respecto de qué escuelas están en condiciones”, puntualizó.

También sostuvo que ante “un contagio de un docente o un alumno se producirá un problema penal, más allá de lo político, por lo que el Estado tiene que empezar a acondicionar las escuelas”.

Además, enfatizó que la mitad de los menores “no pudieron conectarse a internet en el contexto de la pandemia” y pronosticó que a partir de todas esas dificultades “se producirá una gran deserción escolar”, en tanto aseveró que el regreso a clases en agosto “es más una posibilidad que una certeza”.
“No están dadas las condiciones”
En las mesas nacionales, CTERA –por su alta cantidad de afiliados– cuenta con mayoría automática. Tiene cinco paritarios y los otros cuatro sindicatos solo uno. Si bien durante estos seis meses se mostraron alineados al oficialismo, también objetaron la fecha de agosto. “La situación no es la misma en todo el país, pero hoy no están dadas las condiciones”, dijeron.

Según el gremio, cada provincia debería convocar a paritarias y definir en esa instancia la viabilidad de una vuelta escalonada después de las vacaciones de invierno. Otra vez, los edificios escolares poco se parecen entre los distritos.

Incluso en los colegios privados, donde se supondría mayor facilidad para cumplir el protocolo, hay reparos. “El hacinamiento en las escuelas privadas es muy habitual, igual o peor que en las estatales. En aulas para 20 alumnos, reúnen 35 o más chicos. Será difícil la vuelta si nos detenemos en la densidad de nuestras escuelas. A eso hay sumarle las aulas contiguas, los baños y patios pequeños, y el personal escaso”, enumeraron desde SADOP, que representa a los docentes privados.
Fuente: El Once

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