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Nada mejor que repasar los hechos del pasado para intentar comprender el presente.

A esta altura de los acontecimientos, no quedan dudas de que el nuevo gabinete de Gustavo Bordet no muestra grandes novedades. O sea, no emerge ninguna figura joven que sorprenda a propios y extraños. Tampoco resulta fácil detectar que asomen funcionarios que pudieran ser considerados de su propia tropa. No es que no los haya, pero, tal vez respondiendo a una estrategia, no los ha colocado al frente de los ministerios sino en las segundas líneas y en algunos organismos del Estado.

Pero ello no quita que el recambio insinúe algún realineamiento interno. Ningún giro copernicano, pero realineamiento al fin.

Por caso, es evidente que el exintendente de Paraná, José Carlos Halle, esposo de la nueva ministra de gobierno, Rosario Romero, ha recuperado oxígeno, dos años después de haberse quejado a viva voz cuando Bordet acababa de anunciar lo que fue su primer gabinete.

En diciembre de 2015, Halle sangraba por la herida. Había quedado fuera del gabinete y adelantaba que no aceptaría la Secretaría de Justicia.

En ese contexto, acusó a Sergio Urribarri de "discriminar a Paraná porque perdió su candidata (Blanca Osuna) impuesta por él contra la voluntad del peronismo y de los electores".

Para que no quedaran dudas de su percepción de las cosas, Halle dijo en aquel entonces: "Hay un problema de gobernabilidad, porque a este gabinete lo armó Sergio Urribarri, no Gustavo Bordet. Y el que tiene que gobernar es el gobernador. Eso en primer lugar". "Paraná ha sido discriminada por Urribarri en razón de que perdió su candidata (Blanca Osuna). Él la impuso contra la voluntad de todos los dirigentes del peronismo y de los electores, claramente. Todos sabíamos de la imagen negativa que tenía, pero él la impuso con el argumento de que así lo quería la Presidenta, que lo desmintió en una teleconferencia cuando dio muestras claras de enterarse en ese momento que Blanca era candidata", repasó Halle que, incluso, estimó que si la propuesta de Paraná hubiera sido otra "se hubiera ganado la banca de José (Cáceres)".

Según Halle "no hay problemas" si ante un triunfo "el conductor político se lleva los laureles", pero en cambio "cuando perdés no podés distribuir las culpas entre todos los dirigentes de Paraná, porque el armado político fue de él", disparó.

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En la campaña electoral de 2015, todos parecían unidos Agrandar imagen
En la campaña electoral de 2015, todos parecían unidos
"Urribarri intenta la diáspora en Paraná pero vamos a tratar de unir todo lo que se pueda unir para elegir a nuestros representantes con libertad y no como ahora cuando rige este esquema de dominación del peronismo", criticó el ex intendente José Carlos Halle, en diciembre de 2015.

En aquella oportunidad, también se mostró molesto con Bordet: "No nos esperábamos este trato. Colaboramos en su triunfo porque hay que mirar los resultados y buena parte de los votos de Bordet (a nivel provincial) fueron logrados en Paraná", recriminó.

"Acá no hay un problema personal. Yo no aspiro a ningún cargo político ni secretario de justicia porque no lo voy a ser. Pero cuando resignamos nuestra aspiración a pelear, a dar la disputa electoral, habíamos acordado que eso iba a ser tenido en cuenta", se quejó.

Entre aquel diciembre de 2015 y este octubre de 2017 las cosas cambiaron. La esposa de Halle, Rosario Romero, acaba de ser nombrada Ministra de Gobierno, justamente en lugar de Mauro Urribarri.

¿Quiere decir entonces que el urribarrismo ha sido definitivamente desplazado del poder?

Tal vez sea prematuro recaer en tal conclusión.

La trayectoria política de Rosario Romero no la coloca en las antípodas del urribarrismo, aunque el discurso combativo de su marido dos años atrás podría insinuar tal cosa.

El itinerario de la abogada paranaense tiene puntos de contacto tanto con Jorge Busti como con Sergio Urribarri. Y no sería de extrañar que ese sea justamente uno de los motivos principales por los cuales Bordet la eligió, con la implícita intención de que intente domesticar las disputas internas de un peronismo entrerriano en ebullición.

En otras palabras, Romero tendrá la difícil misión de que la puja de poder dentro del PJ, presuntamente post urribarrista, no atente contra la gobernabilidad. Para ello, el diálogo con la Cámara de Diputados, se revela crucial.
Fuente: El Entre Ríos

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