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Las elevadas temperaturas de diciembre y enero, apenas mitigadas por escasas precipitaciones, han afectado los distintos cultivos de la región de Salto Grande.

En ese contexto, el maíz resultó ser uno de los cultivos más perjudicado con la situación al ser afectado en plena floración. Aunque con distintos grados de preocupación, los productores arandaneros, arroceros, maiceros y citrícolas se encuentran en alerta permanente extremando medidas de seguridad con el fin de que las demás cosechas no se vean en peligro.

Exceptuando el respiro que trajeron algunas tímidas precipitaciones, los registros de temperatura en la región y la falta de lluvias abundantes provocan una fundada intranquilidad en los distintos sectores de la producción.

Entre los productores consultados, el arrocero Enrique Agosti, uno de los propietarios de la firma Dos Hermanos, explicó que “como el arroz es un cultivo bajo permanente riego, mientras tengamos agua para regar no habrá problema. Pero la verdad es que estamos gastando excesivo gasoil para poder cumplir con los riegos, porque ya van casi 60 días de regado ininterrumpido”. Advirtiendo que “lo que sí está afectando son cultivos de secanos, como el caso del maíz. Al que afectó muy fuerte todos los calores de diciembre”.

Otro de los cultivos castigados por las altas temperaturas fue la soja “que si bien esta plantada un poquito tarde, también se ve muy afectada”, explicó Agosti. Trayendo a colación que “estos son suelos más marginales para la plantación de soja y donde agarra esta radiación termina muy afectada”.

Otros de los sectores con fuerte peso en la producción es el citrus, aunque las altas temperaturas son más soportadas por estas plantaciones frutales. En ese sentido, el Presidente de la Asociación de Citricultores, Enrique Taylor, indicó que “las lluvias que se han producido para la citricultura han venido bastante bien” y aunque reconoció que a diferencia de otros años “hubieron golpes de calor pero no han afectado tanto. Puede haber algunas zonas, pero son muy chicas las que pudieron ser afectadas por la falta de agua”, diagnóstico.

Por su parte, el Presidente de Asociación de Productores de Arándanos de la Mesopotamia Argentina (APAMA), Juan Scordia, mencionó que “si bien no es grave la situación, pero si produce efectos negativos porque en las nuevas plantaciones y brotes después de realizarles la poda les puede ocasionar deshidratación y quemaduras”.

En este marco, Scordia adelantó que “lo bueno de la producción de arándano es que todo es por riego y por goteo, cuando hay altas temperaturas por lo general utilizamos todos los sistemas que tenemos. Esa es la mejor arma para salir adelante”.

Para concluir, Enrique Agosti analizó que “por el momento no se puede hablar de porcentajes de perdidas, ya que no hay cálculos de estimación sacado desde el sector. Lo que se puede adelantar es que en diciembre, al menos en nuestra zona, nosotros hemos tenido 20 milímetros y nada más de agua de lluvia. Y en lo que va de enero, muy poco, con temperaturas de 37, 38 y 40º, con un 40% de humedad, lo que nos mantiene alarmado sin lugar a duda”.
Fuente: Diario Río Uruguay

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