Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imagen

Agrandar imagen
“El eterno fluir de las aguas, cuando no la mano del hombre o la intemperie, han destruido y muchas veces ocultado los restos a lo largo de nuestro litoral han quedado de los cascos de cemento que llegaron a nuestras costas desde fines de la Primera Guerra Mundial hasta fines de la Segunda”, comienza el prólogo a cargo del Ayudante Mayor (RE) Julio César García.

Quien los reflotó de su condición de olvidados es el historiador oriundo de Gualeguay, Miguel Ángel Cevasco –Ayudante Mayor (RE) de la Prefectura Naval Argentina-, autor de Cascos de cemento, de la “II Guerra Mundial a la Argentina”, un libro que vio la luz en 2018 luego de una minuciosa investigación que incluyó viajes y la recopilación de fotos y testimonios.

“Es una investigación que comenzó en Capital Federal, frente a Aeroparque, donde hay un casco de cemento hundido. Después siguieron en Entre Ríos los de Victoria, en Colón, Helvecia, Curtiembre, Hernandarias, donde hay pontones hechos acá. Pasando luego a las provincias de Corrientes y Formosa. Me llevó entre tres y cuatro años de visitar lugares, sacar fotos y lograr entrevistas”, comenta a El Entre Ríos Miguel Ángel Cevasco, quien lleva editados 15 libros, todos referidos a temas navales.

A lo largo de más de 200 páginas y 19 capítulos, describe los comienzos de la construcción de cascos de cemento en las embarcaciones, allá por 1848, y hace un detallado relato de algunas de las embarcaciones que se encuentran varadas.

A continuación, compartimos un compilado de dos de esas historias: la de “Néstor”, en el departamento Colón; y la del “Barco de Piedra”, en Victoria.
Sobre el río Uruguay
La historia de “Néstor” –varado en la costa del Río Uruguay, entre San José y el ex Puerto Liebig- es uno de los atractivos del libro escrito por el entrerriano Miguel Ángel Cevasco.

En esta zona se encuentra un lugar para disfrutar una vista en un lugar único, de arenas, aguas y un paisajes muy hermoso, todo ello en ese marco agreste y natural que nos provee la naturaleza en estado puro, allí también se puede ver las viejas instalaciones del que fuera una gran fuente de trabajo, el que en su planta efectiva empleaba a mas de 3.500 personas, este gran sueño de productividad terminaría allá por el año 1980, en que cerrara sus puertas y quedara como un gigante dormido, queda hoy recorrer un enorme esqueleto totalmente abandonado de lo que fuera ese importante frigorífico del pueblo de Liebig, el que poseía, hornos y cámaras de frío, cuyo alimento eran motores de barco, así recuerdan la historia de buena época y trabajo, los habitantes, hoy extrabajadores, se dedican a servir a los turistas como guías de una historia pasada y vivida por ellos mismos, al final de este capítulo me pareció importante agregar un anexo de este pedazo de esa historia como homenaje a los que fueron, pasaron y los que hoy siguen viviendo con aquellos recuerdos de la grandeza de ese pueblo de Liebig.

Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imágen

Buque construido en cemento armado y acero que se avista en las cercanías de las ciudades de Colón y San José, sobre la margen izquierda del majestuoso río de los pájaros, el río Uruguay. Agrandar imagen
Buque construido en cemento armado y acero que se avista en las cercanías de las ciudades de Colón y San José, sobre la margen izquierda del majestuoso río de los pájaros, el río Uruguay.
Como si fuera un espejismo se avista el Barco de Cemento Armado, con su historia viviente en la gente del lugar, que comentan; que ante un proyecto del gobierno de la época, y a causa de la gran escasez de metal y que sobraba cemento, dicen que había un diseño que poseía velas, dicen que en San José había otro, siendo similares al que se encuentra semi hundido en el Riacho Victoria y las Bateas, traídos durante el gobierno del General Perón.

Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imágen

Otra vista del barco de cemento varado en las costas del río Uruguay. Agrandar imagen
Otra vista del barco de cemento varado en las costas del río Uruguay.
Cuentan que este Barco de Cemento en su época había sido utilizado para transportar canto rodado desde el Puerto de Colón hasta el Puerto de Buenos Aires, es uno de los 3 que había en esa zona que transportaban dicho material allá por el año 1920, este barco de cemento se encuentra encallado muy cerca a una vieja planta de pedregullo, una industria que a mediados del siglo XX, fuera tan expansiva y vigorosa, muchos de estos barcos construidos en cemento y acero, llegaron al país como materia de rezago de la Segunda Guerra Mundial.

Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imágen

Buque de cemento “Néstor” en sus épocas de servicio, amarrado en el puerto de Barracas (fotografía facilitada por su propietario). Agrandar imagen
Buque de cemento “Néstor” en sus épocas de servicio, amarrado en el puerto de Barracas (fotografía facilitada por su propietario).
Fabricado por “G.O.P.” empresa alemana allá por el año 1014, la fabricación de estos cascos de cementos fueron una serie de 6 o 7, con motor Bolinder de 4 cilindros y 320 caballos de fuerza, con su maquinaria y el casillaje tenía unas 700 toneladas y su carga era de igual tonelaje, su destino lo lleva a manos de la Empresa “PIEDRA ARENA” cuyo propietario era el señor Luis Mansilla.

Otras especificaciones, son sus cuatro bodegas, cuarto de máquina, cuatro brazolas de madera dura de dos pulgadas de espesor, posteriormente pasa a manos de los astilleros Culodrovich y Campodónico, armadores que poseían una flota de 28 barcos.

El lugar de asiento fue en Pedro de Mendoza y Osvaldo Cruz en Barracas del Puerto de Buenos Aires, por razones económicas la empresa es rematada por el año 1960 y es así cuando la compra el señor Amílcar Campodónico el buque motor de cemento denominado “NESTOR” Matricula 2927 pasando a denominarse su armador con el nombre de fantasía “Piedramar S.R.L.”, con oficinas en Barraca cuyo Teléfono era el 285509.

Al encontrarse muy enfermo el titular de la Empresa don Amílcar Campodónico, falleciendo el 22 de noviembre de 1987, se hace cargo de la misma su hijo Eduardo Campodónico, que había nacido el 14 de octubre de 1940, a los 18 años se recibe de bachiller y continua sus estudios de ingeniería naval, desde los 21 años está ligado a esta tarea de navegante, el que está radicado en la ciudad de Colon (Entre Ríos), en la calle principal de la ciudad, según sus relatos el buque realizaba sus viajes entre el Puerto de Colon y el Puerto de Buenos Aires llevando su carga de canto rodado.

Su funcionamiento en servicio fue hasta los años 1971, y según su libro de Registro de Inspecciones Técnicas que fuera habilitado en el puerto de Buenos Aires con fecha Agosto 22 de 1968 por el Oficial de Guardia OX Jorge Horacio Chemez, la ultima que le efectuaran en el puerto de asiento por parte del Inspector Técnico de la Prefectura Buenos Aires OA (CN) José Luis Palestini el 6 de agosto de 1971, donde especifica entre sus cuatro puntos dice; Inspeccionado casco de cemento armado a flote, no se observan inconvenientes, cubierta bien y en su último punto expresa que posee certificado de arqueo N° 323 con un arqueo total de 371 toneladas.

En la actualidad se encuentra varado en la costa del Rio Uruguay, entre San José y el ex Puerto Liebig, manteniéndose su casco a la vista en buenas condiciones, como se podrá observar en las graficas agregadas, no realizando ninguna actividad ya que esta como abandonado, ni su dueño lo recorre, llamando la atención que las autoridades comunales no lo utilicen turísticamente como un punto de referencia de un tiempo que ya fue, su historia, el que podría ser remolcado a un lugar donde se lo pueda observar, como una atracción turística ya que muchos pobladores desconocen su existencia por encontrarse en un lugar poco accesible y casi tapado por la vegetación desde la vista en tierra, por agua se lo puede observar muy bien y así fue como lo pude fotografiar.

El señor Campodónico, allá por octubre del 2013 me recibió en su casa de calle 12 de abril, en la ciudad de Colon (Entre Ríos), quien me facilito la foto del Buque Motor “Néstor”, el que según él está a la altura aproximada del km 220 del Rio Uruguay, lindante al establecimiento Las Camelias.

Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imágen

Vista tomada desde el río Uruguay en octubre de 2013. Agrandar imagen
Vista tomada desde el río Uruguay en octubre de 2013.
Una fábrica que no fue
En otro departamento entrerriano, hay un pintoresco relato del que Cevasco se hizo eco.

En la localidad de Victoria, llamada “ciudad de las siete colinas” siempre se puede encontrar una historia a la vuela de la esquina que te sumerge en los dominios del misterio, parece el término más apropiado para hablar del “barco de cemento o Barco de Piedra como lo llamaban, y como se conoce a la extraña nave que por estos días se puede apreciar en la zona de la Boca de la Batea y el riacho Victoria.

Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imágen

El llamado “Barco de piedra hundido” en la intersección de arroyo Las Bateas y el riacho Victoria, afluente del río Paraná en la provincia de Entre Ríos. Agrandar imagen
El llamado “Barco de piedra hundido” en la intersección de arroyo Las Bateas y el riacho Victoria, afluente del río Paraná en la provincia de Entre Ríos.
Hay testigos de esta historia, y el locutor radial Sebastián Firpo, en su programa local la reflota generando aportes interesantes para el conocimiento en general, como así también en graficas pertenecientes a Cristian Ávila.

Cuenta su historia que el barco llegó desde Buenos Aires a remolque, ya que no contaba con propulsión propia, aparentemente allí se lo utilizaba para transportar carbón o estaba como depósito carbonero en la Boca del Riachuelo, el señor Nicolás Sfeir fue quien lo compró y lo trajo hasta aquí en el año 1965, versiones dicen que participó en el desembarco de Normandía y que lo habría traído Perón a la Argentina, fue traído al puerto de Victoria con la finalidad de montar en él una fábrica de harina de pescado con la cual se haría fertilizante, la maquinaria para dicho proceso se trajo desde Mar del Plata, tenía un horno rotativo de ocho mil kilogramos automático, una moledora, una secadora, un sinfín de ocho metros por donde se transportaba la harina para su embolsado, y un grupo electrógeno, esta fábrica no logró las habilitaciones definitivas y el barco quedó amarrado en el puerto local, y es así como en el conocimiento general de los pobladores cuentan que en una tormenta muy fuerte, cortó las amarras que lo sujetaban y así quedó a la deriva hasta incrustarse en la barranca donde hoy descansa su destino de olvido.

Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imágen

Vista general de la embrocación de cemento con la proa hundida. Agrandar imagen
Vista general de la embrocación de cemento con la proa hundida.
Este barco de cemento contaba con varios compartimientos y se estima que tendría unos 60 metros de eslora, con un sinfín intentaron medir el largo y pudieron comprobar que la profundidad en el lugar allá por el año 2002, superaba los 54 metros, lluvias y las permanentes inundaciones hicieron que el barco se llenara de agua por tal motivo le habría realizado una fisura para desagotarlo.

Es muy difícil imaginarse un barco de cemento como una reliquia que suelen ver los pescadores de la zona y se cree no es el único, así es el caso de comentarios del señor Tito Benavento (sobrino de prestigioso Gaspar Benavento), el que se encuentra radicado en la ciudad de Nogoyá, que él trabajó en un proyecto para la construcción de una barco similar, otro típico personaje del lugar llamado familiarmente como “Capicúa Ríos”, quien se desempeñara como policía de la zona islas, decía que existe otra embarcación de similares características hundidas en otros sectores de la islas que se dejan ver en tiempo de bajantes pronunciadas, esto se hizo algo mas difícil con la construcción del Puente Victoria-Rosario.

Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imágen

Desde este ángulo, se observa la cercanía de la barranca costera. Agrandar imagen
Desde este ángulo, se observa la cercanía de la barranca costera.
Viajando por el rio se puede acceder al barco de piedra, en su total dimensión emergente del agua, (como lo hiciera el autor) algunas piezas de hierro han sido robadas, también se decía que tenía una importante escalera a un costado del barco, en tierra todavía se observan restos que pertenecieron al barco, el río, fuente interminable de misterios, sus costas y barrancas producen un abono de las historias de una ciudad de Victoria cuyo destino ha sido un capricho natural de entregar a través de los años y sus viejos pobladores una historia por descubrir.

En la actualidad se lo puede ver semi hundido, según los pobladores del riacho Victoria es una embarcación que guarda una interesante y misteriosa historia, el mismo por el año 1960 se encontraba ocupado en tareas en el Riachuelo, su historia vendría de la época de la guerra y el desembarco en Normandía, el que permitiera la entrada de los aliados a Europa, la que era llamada “Continental” y que fuera la definitoria del curso final de la Segunda Guerra Mundial.

Una vez que se determinara finalizado su uso en el Riachuelo, toma el rumbo hacia Entre Ríos, como otros similares que se encuentran diseminados por el Rio Paraná y el Rio Uruguay, este hizo escala en el Puerto de Victoria (Entre Ríos), esta ciudad de la siete colinas como se la llamara del grandioso Gaspar Benavento y de tantos otros, acumula una nueva historia, la que llega a comentarse a la vuelta de la cada esquina y que te sumerge en los designios de lo misterioso, es así que aquí comienza esta nueva historia pueblerina “Barco de Piedra”, como se le conoce a esa nave misteriosa, la que en la actualidad se la puede observar en la zona llamada arroyo de las Batea, que desemboca en uno de los brazos del riacho Victoria, de esta historia todavía existen testigos que con el entusiasmo pueblerino por la novedad al ser consultados cuentan con orgullo esa historia misteriosa.

Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imágen

Agrandar imagen
Fuente: El Entre Ríos

Enviá tu comentario