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Al conmemorarse el 8 de febrero el natalicio del Dr. Herminio Juan Quirós, se llevó a cabo en el cementerio de la ciudad de Colón un homenaje a 148 años del nacimiento de quien fuera Gobernador de la Provincia de Entre Ríos y Diputado Nacional.

Las palabras alusivas estuvieron a cargo del Profesor e historiador local Alejandro González Pavón. Luego el diácono Javier Martí de la Parroquia del Carmen hizo una invocación religiosa y leyó un poema que su padre –el escritor Jorge Enrique Martí- dedicara al prócer.

Por su parte, el presidente municipal José Luis Walser junto al viceintendente Ramiro Favre y una concejal, depositaron una ofrenda floral en el mausoleo del homenajeado. Lo mismo hicieron autoridades de la Escuela de Educación Técnica Nº 1 “Dr. Herminio Quirós”.

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“Recordamos a un vecino de Colón, pero que con el paso del tiempo se ha convertido sin ninguna duda en un prócer, una persona visionaria. Pero, sobre todas las cosas, apasionada por construir una comunidad como lo hizo con Colón, con un amor que se veía en sus hechos”, afirmó el intendente al finalizar la ceremonia.

“Un hacedor incansable que ha dejado su huella profunda en Colón en lugares que hoy podemos vivir y recorrer como la Costanera, el Parque Escolar, el Palacio de Turismo. Es un faro donde mirarnos aquellos que tenemos el compromiso con nuestra ciudad”, agregó.
Recuerdo
Durante sus palabras, el Prof. Alejandro González Pavón hizo un minucioso repaso de la vida de Herminio J. Quirós, en el que no faltó el recuerdo a su familia, sus obras, los honores fúnebres a quien por entonces gobernaba la provincia, y una mención a quienes fueron sus grandes amigos y colaboradores.

Una fecha especial nos convoca hoy en este lugar tan emblemático y afectivo para todos los colonenses. Un lugar que, sin lugar a dudas, evoca la figura de uno de los hijos más predilectos que ha dado Colón en sus jóvenes 158 años de vida.

Nació en el seno de una familia conocida en esta localidad, el 8 de febrero de 1873. Su padre, Don Herminio De Quirós y de Doña Juana Elizalde fueron los gestores de este hombre que, años después, se convertiría en un prócer para nuestra localidad.

El acta de su bautismo testimonia que fue bautizado en esta localidad, el 22 de abril de 1877. Su padre, Don Herminio De Quirós, de profesión escribano, llegó a esta localidad con su familia en el año 1872 y pronto comenzó a formar parte de la corporación municipal de entonces entre el período de 1877 a 1883. Y así lo atestiguan los documentos del archivo municipal.

Herminio creció en una de las décadas más convulsionadas de nuestra historia como comunidad: fundación de la Biblioteca Popular Fiat Lux, erección de la Parroquia de los Santos Justo y Pastor con este título parroquial, habilitación del primer cementerio público para la ciudad el cual solo era –en primera instancia- para católicos, creación del Registro Civil de las personas, creación de la Municipalidad de Colón y así muchos otros sucesos que marcaron un antes y un después en el Colón de ese momento. Todos esos sucesos, sin lugar a duda, marcaron y enseñaron de una manera evidente para quien tuvo la oportunidad de haberlos vivido en primera persona. Y así lo hizo notar en su accionar de joven y adulto.

Realizó sus estudios primarios en la entonces Escuela Graduada de Varones, la cual pasó llamarse, tiempo después, Escuela Juan José Passo. Luego se trasladó al histórico Colegio de Concepción del Uruguay para finalizar sus estudios secundarios, institución de la cual egresó con las mejores calificaciones, según constan en los libros de actas de exámenes. Finalmente, para continuar sus estudios superiores, se trasladó a Buenos Aires donde inició la carrera de Derecho y de cuya Universidad se graduó con el título de Doctor en Jurisprudencia.

Entrada la década de 1890, participó de las jornadas del ´90, más conocida por la historia argentina como la Revolución del Parque.

Hombre de valores sólidos, incorruptibles y de destacadas virtudes tanto en lo personal como en lo ético, supo expresar en su oralidad y en sus escritos su preocupación constante por el desarrollo de esta ciudad y sus habitantes. La banca que ocupó como Diputado Nacional (electo en 1920) le permitió crecer en el ámbito de la política y poder conocer desde otra perspectiva las necesidades que tenían tantos los colonenses como así también los habitantes en general de todo el Departamento Colón.

El Dr. Quirós contrajo matrimonio con Doña Valentina Fauthoux, quien había nacido en Francia y se había radicado con sus padres en Buenos Aires. De este matrimonio no hubo hijos de sangre, pero si hijos del corazón que la vida misma se encargó de ofrendarles a ambos. Ella lo acompañó hasta sus últimas horas y fue quien permitió, unos pocos años después, que sus restos sean trasladados hasta este lugar.

Los pensamientos, proyectos y obras no tardaron en ejecutarse durante la década de 1920: el Parque escolar (que hoy lleva su nombre), mejoramiento en la infraestructura del puerto local, construcción de la costanera, construcción de la estación fluvial (hoy Palacio de Turismo), gestiones y construcción de la Escuela de Educación Agrotécnica Capitán Justo José de Urquiza, creación, fundación y ejecución de la Escuela de Artes y Oficios (Hoy escuela de Educación Técnica N° 1 que tiene el honor de llevar su nombre), Creación de la Escuela Taller del Hogar, Escuela Nacional N° 10 (hoy 60), creación del Museo de Ciencias Naturales y de la industria, puente sobre arroyo Peruche Verne, puente sobre arroyo El Palmar, rutas, monumento ecuestre al Gral. San Martín en la plaza homónima de nuestra ciudad, nuevo edificio de la Biblioteca Fiat Lux (el cual no llegó a verlo concretado), Internado fraternal, nuevo Tiro Federal Argentino, y muchas más obras que supo legar a este pueblo que lo honró hasta sus últimas horas de vida.

Muchas de estas obras aún se mantienen en pie, otras quedaron sin poderse ejecutar y otras pocas, necesitan al día de hoy de nuestra atención para restaurarlas y ponerlas en valor nuevamente.

Sus pensamientos casi siempre terminaban evocando a su querida Colón, el lugar que lo vio crecer, el lugar en el que sus padres eligieron para que él crezca. Algo tenía esta ciudad que tanto amor le dio y él se lo supo corresponder.

En 1930, una década que sin lugar a dudas quedó grabada en la historia de los argentinos por ser un año de modificaciones en el orden de lo político, fue elegido Gobernador de la Provincia de Entre Ríos, en comunión con Don Policarpo Uranga, el cual falleció en Paraná el 8 de mayo de 1931, al poco tiempo de haber asumido la responsabilidad de la vice gobernación con el Dr. Quirós. Este hecho marcó un desenlace de cambios repentinos en el gobierno del Dr. Quirós, el cual, también a los pocos meses de ese suceso, en el mes de septiembre, más precisamente el 11 de ese mes, fallece producto de una peritonitis aguda a los 58 años de edad.

La provincia de Entre Ríos entonces, en el lapso de cuatro meses había quedado acéfala tanto de vicegobernador, como de Gobernador.

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Como el Dr. Quirós falleció cumpliendo el ejercicio de su deber, los honores fúnebres fueron del mismo nivel como si hubiese fallecido el Presidente de la Nación. Más allá de esta particularidad, los afectos tantos personales como profesionales que se había ganado en vida el Dr. Quirós lo llevaron a ocupar la más alta estima en toda la provincia de Entre Ríos e incluso de Buenos aires, donde muchas personalidades destacadas de la época, se hicieron presentes para despedir a quien había sido su líder y representante político, su compañero de militancia como así también, hablando familiarmente: SU AMIGO.

En esta breve pero significativa cronología de su biografía, no quisiera pasar por alto a quienes fueron sus grandes amigos y colaboradores en Colón, mientras él gestionaba cosas y acciones para nuestra ciudad y los cuales fueron los encargados y responsables de que sus disposiciones se cumpliesen tal como él las pedía. Ellos fueron: Eduardo Torrieri, Domingo Antonini, José Bernard, Miguel Esteva Berga, Guillermo Ferrari, José Culó, Juan López, Hernesto Izquierdo, el Pbro. Narciso Goiburu, Miguel Malarín, Ricardo Maxit, Juan Urgel, Anibal Raviol Guiot, Humberto Fonseca, José María Girard, Juan Peragallo, Manuel Guzmán, Cándido Brunel, Francisco Pelletieri, entre otros tantos en los cuales confió siempre para poder hacer cumplir sus expectativas y quienes le retribuyeron con su fidelidad y compromiso cada acción y obra que se ha ejecutado en el Colón de ese momento. Hoy, gracias al estudio minucioso que venimos realizando desde hace varios años en este cementerio, nos honramos en decir que todos ellos hoy descansan en este lugar junto a sus familias y a su gran amigo.

Sus restos fueron velados en la casa de Gobierno de la ciudad Capital de esta provincia, y luego despedido de ésta con honores de nivel presidencial hasta la ciudad de Buenos Aires, más precisamente, al Cementerio de la Recoleta, lugar en el que permaneció tres años, luego de que un grupo de sus más allegados amigos y personas de su confianza en Colón se organizaron en Comisión Pro -. Homenaje y comenzaron a gestar la idea de su traslado a su ciudad natal, tal como lo hubiese querido él.

Es así que se comienzan a realizar las comunicaciones y pedidos de autorización con su viuda y otros familiares, los cuales, considerando el amor que el Dr.Quirós tenía por este rincón entrerriano, aceptaron inmediatamente.

Teniendo el sí de sus más allegados, la Comisión Pro – Homenaje, representada y dirigida por el Escribano Guillermo Ferrari, comenzó a movilizar a todas las instituciones de la ciudad y ciudades vecinas, con el objetivo que cada una de ellas pueda colaborar con las tareas de organización de este histórico hecho como así también comprometerse con su asistencia en aquel histórico día.

Es así que el 15 de abril de 1934, en las primeras horas de la tarde, atraca en nuestro puerto local el vapor TRITÓN con el ataúd de estilo napoleónico que conservaba los restos del Dr. Quirós. Todo el pueblo de Colón y la zona estaba reunido en ese punto para recibir a un hermano suyo, al hijo de esta ciudad a la cual le había dado tanto.

Silencios, aplausos y oraciones fueron los sonidos que se escuchaban en esa atmosfera de respeto. El carro fúnebre estaba dispuesto de manera tal de poder trasladar el ataúd por toda la ciudad hasta la iglesia de los Santos Justo y Pastor, lugar en el que el párroco de entonces, Pbro. Narciso Goiburu realizaría, con autorización expresa del Obispo paranaense, misa de cuerpo presente. Sin embargo, según testimonios tanto orales como escritos en los medios periodísticos de la época, atestiguan que el carro fúnebre solo fue marcando el camino y el paso del cortejo, pero el ataúd fue llevado en andas por distintas personas en todo el trayecto hasta la iglesia. A medida que el cortejo avanzaba, sobre los laterales del mismo, los alumnos de las distintas escuelas resguardaban a los participantes. Imaginémonos, siquiera por un instante, la emoción de aquellos niños al ver la multitud de personas que se habían congregado por la misma causa, el respeto que éstos manifestaban, y la responsabilidad que esas criaturas habían asumido como ciudadanos colonenses que eran.

Al caer ya la tarde de aquel 15 de abril de 1934, el cortejo llegó hasta este lugar. Lo esperaban en la entrada otra multitud de personas que, en fila supieron marcar el rumbo y dar la bienvenida a quien llegaba para quedarse para siempre. Ese día quedó inaugurado y bendecido este mausoleo, el cual está coronado por una obra del artista Luis Perlotti, a la cual bautizó: LA PROTECCIÓN. Esta escultura es el claro reflejo de la relación inseparable que manifestó en toda su vida el Dr. Quirós con la ciudad de Colón. Una actitud que todos los colonenses debemos copiar y replicar en nuestras vidas y sobre todo, enseñarles a las generaciones futuras lo que fue este hombre para nuestra ciudad y el compromiso que siempre tuvo con ella.

En ocasión de colocar la piedra fundamental del monumento al Dr. Quirós que se localiza frente a la entrada del Parque escolar que lleva su nombre, haciendo uso de la palabra el Dr. Miguel Esteva Berga, otro de los ciudadanos ilustres que Colón supo tener y tiene para su historia, dijo lo siguiente:

“El justiciero homenaje que se le rinde hoy, no el vano cumplimiento impuesto por el frío convencionalismo. Es la voz emocionada del fervor natal; es el anhelo emocionado de todo un pueblo que sin distinción de clases, ideología o partidos políticos le tienden los brazos como reliquia de honor, y vienen embargados los espíritus de santo respeto a evocar su recuerdo y exteriorizar una vez más su agradecimiento”.

Muchos de los que estamos hoy reunidos aquí, hemos tenido la oportunidad de nacer en este rincón entrerriano a cual el Gral. Justo José de Urquiza fundó con el nombre de VILLA COLÓN. Una ciudad que sin lugar a dudas, manifiesta en cada paso que damos un testimonio de historia pasada y presente que nos compromete como generación actual a cuidarla y preservarla de la mejor manera, dentro de nuestras posibilidades.

Cada pueblo, cada ciudad, cada nación tiene centenares de historias para contar pero no creo que ninguna de estas categorías tenga la suerte que tenemos nosotros, los colonenses, de poder decir, que tuvimos un embajador cultural y representante de esta localidad a todas las escalas, el cual se llamó: HERMINIO JUAN QUIRÓS.

Hoy, en el 148 aniversario de su nacimiento, llevemos a nuestras casas este mensaje de reconocimiento continuo y permanente que debemos hacer en nuestra memoria colectiva por este ciudadano ilustre que tanto bien hizo a esta ciudad.
Fuente: El Entre Ríos / Municipalidad de Colón

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