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Los hospitales se están “robando enfermeras” en Barcelona, Toledo, Madrid... No hay suficientes. Hace años y años que reclaman que mejoren las condiciones laborales de quienes se ocupan de los enfermos 24 horas al día 365 días al año, todos sus fines de semana y todas sus noches. Sin mucho éxito: la profesión se siente maltratada y empujada, si se puede, a buscar mejores condiciones en otros lugares.

Pero ahora la Covid-19 ha puesto en evidencia que son imprescindibles. Y no les encuentran.

En estos momentos en que los hospitales tienen que ampliar sus capacidades para atender el ascenso de casos Covid-19 cerrando lo menos posible el paso a los demás enfermos resulta que tienen de todo: equipos de protección individual (epis), respiradores, laboratorios multiplicados, incluso nuevos espacios reconvertidos y planes de contingencia que han mostrado su eficacia en los peores meses. Lo que no hay son suficientes profesionales para atenderles.

Se ven obligados a llevarse a las enfermeras de un lado a otro. Cerrar para poder abrir. Y en el mercado no quedan. De ahí los robos de profesionales que varios hospitales reconocen pero piden que no se les cite. El hospital Clínic tuitea su llamamiento: “Se busca personal de enfermería de críticos (...) Podrás integrarte en un hospital líder e innovador con un gran equipo y participar en proyectos punteros. Ven a trabajar al #CLÍNIC”.

“Todos buscamos en los mismos sitios y tenemos los mismos problemas, así que estamos intentando no hacernos daño”, explica Pau Gomar, responsable de Recursos Humanos del hospital del Mar. “Hemos enviado ofertas a todos los colegios profesionales, en toda España, y ya hemos conseguido contratar algunos. Contratos largos, desde luego”.

Pero eso no basta, porque todos los hospitales están más o menos en las mismas y haciendo lo mismo. La tradicional reserva de enfermeras de Andalucía, Murcia y Extremadura, donde se forman más de las que el sistema absorbe, está ahora bajo mínimos. También en esos territorios abundan ofertas y están más cerca de casa.

Así que también se busca fuera, del mismo modo que hospitales británicos, holandeses, alemanes, franceses, portugueses e italianos captan aquí, centros catalanes lo hacen en Argentina y Chile. “Intentar que vuelvan a España las enfermeras emigradas, con sueldos que doblan como mínimo los de aquí, es tarea casi imposible, al menos en los próximos meses”, advierte José Luis Cobos, vicepresidente del Consejo General de la Enfermería.

La búsqueda en Argentina y Chile encaja sobre todo porque la formación de sus enfermeras es equivalente o fácilmente igualable. Algunas están ya aquí intentando homologar su título mientras trabajan como auxiliares. Muy a favor, que no hay barrera de idioma. También se busca en Rumanía y otros países comunitarios.

Pero eso tardará meses. Y requerirá facilidades de los gobiernos autonómicos y central. Pere Aragonès, vicepresidente de la Generalitat, anunció que se habilitaría de la mano del estado de alerta a estudiantes de último curso para que puedan ejercer en este momento tan difícil. Harían tareas de apoyo que liberen a los profesionales.

Para ya, para la avalancha Covid-19 de las próximas semanas, intentan retener a sus maltratados. Mejorando condiciones, claro. Los centros sanitarios han desarrollado durante años una política de personal muy semejante unos a otros: contratan estrictamente por los días y horas que hay que cubrir, con contratos de unos días, unas horas o como mucho un mes. Siempre en los peores horarios y, por supuesto, sin veranos, Navidad o Semana Santa. Excepcionalmente, algunas organizaciones, como el Institut Català de la Salut, hace un par de años que aplantilla a su personal flotante, “pero en los hospitales, como Vall d’Hebron sigue habiendo 200 profesionales con contratos de 25 horas, de un mes, de unos días ¿por qué no contratan a todos ellos al 100%?”, pregunta David Carbajales, secretario de acción sindical del sindicato de enfermería Satse.

Los hospitales entonan un cierto mea culpa, y miran a sus bolsas, esa plantilla flotante sin casi derechos “con voluntad de retener a los profesionales”, reconoce la presidenta del Col·legi d’Infermeres i Infermers de Barcelona, Paola Galbany. Pero hace falta un cambio radical en el sistema de contratación. “El 40% de los contratos son de mes en mes. La profesión ha avanzado mucho en competencias, se hacen doctorados, investigación, salen de la universidad con un máster... Y las condiciones laborales no cambian. Cero reconocimiento. La enfermera que empieza a los 22 años en una sala de hospital llegará a los 25 años de ejercicio profesional en el mismo sitio. ¿Doctorado? ¿especialidad? ¿investigación? Eso no se recoge en ningún sitio”.

En medio de la desesperación por no encontrar gente, los hospitales están ofreciendo a sus bolsas de profesionales siempre disponibles condiciones mejores que reduzcan tanta precariedad. Jornadas de 40 horas, contratos de meses o de un año para tener derecho a vacaciones y algún fin de semana libre. “Deberían contratar por dos años, porque esto va para largo”, señala el director del Catsalut, Adrià Comella.

Las enfermeras y enfermeros españoles son graduados universitarios a quienes les exigen un máster en intensivos para ejercer en la uci de determinados hospitales. Pero todo lo que ha avanzado la formación se puede llegar a obviar a la hora de la verdad.

El maltrato endémico ha llevado a que en cada periodo de crisis, miles de enfermeras hayan emigrado a lugares donde pagan mejor, son tratadas más de acuerdo con su formación, con contratos largos, clases del idioma local, casas a precios muy asequibles. Sensación general de que les querían. Y muchas siguen allí. “Unas 7.000 solo en el Reino Unido”, asegura José Luis Cobos.

Para rematar el drama, no se generan suficientes profesionales para mejorar la proporción de enfermeras por cada mil habitantes. Cada año salen unas 10.000 “pero calculamos que harían falta unas 150.000 para alcanzar la media europea”, apunta Cobos. La jubilación de las generaciones más abultadas se comerán prácticamente ese crecimiento.
Fuente: La Vanguardia

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