Se trata de un recluso de 23 años de edad, a quien debieron extraerle los objetos extraños que había ingresado a su cuerpo, en circunstancias que hasta el momento se desconocen.
El interno estaba alojado en el pabellón Nº 5 de la unidad penal de hombres de Paraná, donde tomó esta llamativa determinación y salió con custodia policial para ser asistido.
Según trascendió, no es la primera vez que ocurre un hecho de estas características en el ámbito carcelario.