Federico, responsable de un bar en la capital entrerriana, puso de relieve que “nuestro sector es el más afectado. Hay familias detrás de esto y no se puede sostener más. Se nos dejó de lado, priorizando otros sectores, pero somos gente con ganas de trabajar, respetando normas y requisitos”.
Acotó que cuando se les permitió abrir “cumplimos con normativas como puntos de sanidad y anotación de personal. Cuando reabrimos nos sirvió, pero volver a atrás es complicado porque uno cuando reabre tiene que comprar mercadería e insumos. Son costos y gastos que no se tienen en cuenta”.
Asimismo, desde la Asociación Hotelera y Gastronómica enfatizaron que “la situación es insostenible” y advirtieron que si no se logra una rápida solución “una gran mayoría” de los negocios de este rubro “va a quebrar”.
“Es un pedido de trabajo. En 25 días que trabajamos se hizo con los protocolos y no se generó ningún tipo de contagio. Hoy vemos que se puede trabajar y no entendemos el cierre”, indicaron.
Además de pedir que se declare la emergencia nacional, el empleado de un restaurante del centro paranaense resaltó que “estamos todos mal” porque “esto también abarca a proveedores”.