Los acusados son: Kevin Paniagua, quien estaba cumpliendo una pena de 13 años de prisión efectiva por dos homicidios cometidos cuando era menor; Ramón Framulari, quien había recibido seis años por una decena de hechos delictivos, entre robos y balaceras; y Maximiliano Chamorro, que tenía una condena de cuatro años y medio por asaltos y tiroteos. Ahora, estos jóvenes de entre 20 y 21 años, afrontan pedidos de pena de prisión perpetua.
Es que el fiscal Eduardo Guaita imputa el delito de Homicidio calificado, por alevosía (que es actuar sobre seguro, sin posibilidad de defensa de las víctimas), ensañamiento (generar un sufrimiento innecesario), utilización de un medio que genera un peligro común (al haber desatado un incendio) y por la premeditación de tres o más personas.
Las víctimas fueron los paranaenses Justo Silva, de 53 años; Marcelo Beber, de 31; Brian Alarcón, de 21; Francisco Coronel, de 19; y los victorienses Vladimir Casco, de 20, y Marcelo Rodríguez, de 30. Emilio Oscar Suárez, de 27, sufrió graves heridas en las piernas y es el único sobreviviente.
Las principales pruebas que se van a ventilar en el debate ante el Tribunal de Juicio de Gualeguay, en dos meses y medio, son los videos de las cámaras de vigilancia del penal y las declaraciones testimoniales de los internos, sobre todo compañeros de pabellón, además los penitenciarios de la Unidad Penal, los peritos que hicieron análisis de las causas del incendio, los estudios toxicológicos, y los médicos forenses.