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Rita Forastier
Rita Forastier
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Reforzar nuestro sistema inmune en forma natural es un emprendimiento que no deberíamos abandonar. En esa línea, la alimentación y los nutrientes que componen los distintos alimentos, son fundamentales.

El Entre Ríos entrevistó a la Instructora en Salud y Alimentación Rita Forastier.

- ¿Que es el Sistema Inmune?

Es un sistema altamente sofisticado que permite al organismo ofrecer resistencia frente a los agentes extraños, neutralizando virus y bacterias que puedan resultar dañinos.

Funcionalmente, la respuesta inmune puede ser dividida en dos actividades secuenciales relacionadas:? primero, el reconocimiento de lo extraño; y segundo, la reacción y consecuencia.

Al acto de modular la actividad inmunitaria a través de los alimentos se lo conoce como inmunonutrición. Incluso el nuevo concepto que estamos trabajando es psicoinmunonutrición; que tiene relación con el comer emocional, especialmente en este tiempo en que la gente está más encerrada.

-¿En inmunonutrición qué conceptos son importantes? ¿Por ejemplo la calidad de lo que comemos?

-Fundamentalmente cuentan las vitaminas, los minerales, y la forma y técnica de cocción. El organismo necesita recibir a diario un conjunto de nutrientes que le permitan reforzar las defensas.

-Hablemos del primero de los puntos: vitaminas y minerales ¿Cuáles serían los más necesarios para reforzar nuestras defensas y en qué alimentos se encuentran?

-Vitaminas A (leche, manteca, queso, huevo, hígado y pescados grasos; y betacarotenos (hortalizas de color amarillo, naranja, rojo y verde); Complejo Vitamínico B aparece en la mayoría de alimentos de origen vegetal (verduras, fruta fresca, frutos secos, legumbres, cereales enriquecidos e hígado) y en los de origen animal (carne y vísceras, pescados y mariscos, huevos y productos lácteos); Vitamina C (frutas cítricas, frutilla, kiwi, melón, frutas tropicales, tomate, ají, crucíferas, berro, espinaca, acelga); Vitamina D (aceites, hígado, pescados, lácteos fortificados, yema de huevo y vísceras y exposición solar); Vitamina E (aceites, germen de trigo, semillas y frutas secas); selenio (pescados y mariscos, carnes rojas y aves, cereales integrales, ajo, germen de trigo y levadura de cerveza), zinc (huevos, cereales integrales, germen de trigo, levadura de cerveza, mariscos, pescados, carnes rojas y de ave, hígado y frutas secas); cobre (hígado, riñón, mariscos, legumbres, nueces, semillas, salvado de trigo, cereales integrales, productos con cacao y pasas de uvas); magnesio (hortalizas de hoja verde intenso, frutas secas, semillas, cereales integrales, salvado, germen de trigo y legumbres); hierro (hémico o de mayor absorción: hígado, riñón, carnes rojas, frutos de mar, pollo y pescado; no hémico o de menor absorción: algunos vegetales como legumbres, hortalizas de hoja color verde intenso, cereales integrales, frutas secas y deshidratadas, y huevo. Para facilitar su absorción se debe combinar con alimentos que contengan Vitamina C como cítricos, frutilla, kiwi, brócoli, ají, preferentemente crudos y alejados de las infusiones y suplementos de calcio).

Además, es importante consumir probióticos (yogur) y prebióticos (trigo, ajo, cebolla, espárragos, puerro y remolacha); ácidos grasos esenciales omega 3 y 6 (pescados: atún, caballa, trucha, salmón brótola, lenguado), en frutas secas, aceite de oliva y canola, semillas de lino, chía, sésamo, amapola, girasol y en alimentos fortificados con omega 3 como leche y huevos); y compuestos azufrados, un grupo de fitoquímicos presentes en el ajo, la cebolla, los puerros y las crucíferas.

Para mantener un buen sistema inmune, debemos equilibrar la ingesta de los siguientes grupos: frutas y verduras de todas las variedades y colores; cereales y derivados (maíz, trigo, avena, cebada, centeno); legumbres y derivados (soja, lentejas, garbanzos, porotos, habas, arvejas); lácteos (leche, yogur y quesos preferentemente descremados; carnes (vaca, cerdo, pavo, pollo, pescado) y huevo; grasas vegetales (aceites, frutas secas, palta).

También es necesario valorar tu cuerpo, cuidar tu piel, escuchar música, meditar, escribir, o encontrar lo que te hace bien.

-¿Cuál es la forma adecuada de consumir o cocinar los alimentos?

-Aquella que evita la pérdida de vitaminas y minerales. Por ejemplo, consumir naranjas y mandarinas en el momento y enteras. Las hortalizas no hervirlas sino cocinarlas al vapor con la menor cantidad de agua y durante el menor tiempo posible: esto reduce la pérdida de vitamina C que se produce durante la cocción.

-¿Siempre alcanza con una alimentación balanceada o a veces se requieren suplementos?

- Los suplementos siempre deben ser según prescripción médica, dependiendo del estado de cada persona, edad, enfermedades preexistentes, etc.

-Amplianos el concepto de psicoinmunonutrición

- Es un concepto ligado a la psicología nutricional que va formando parte de nuestras conductas y muchas veces determina cómo comemos.

Somos seres integrales, pero lo emocional nos hace cuestionarnos lo que estamos viviendo, hay que percibir los hábitos emocionales y prestarles atención, para que estén equilibrados.

El primer contacto con la comida es la lactancia materna o el recibir la mamadera, esto conlleva el abrazo, el calor del abrazo, la mirada y una conexión total con el ser que nos alimenta, se establece así un camino que marca luego la relación con la comida. Crecemos y vamos asociando los momentos de felicidad o tristeza con la comida. Si el niño llora se le da un caramelo, o sea la asociación con el azúcar para frenar la emoción. Hacer un registro de comida y de emociones me da la pauta de qué y cómo estoy comiendo, por ejemplo si comí discutiendo con alguien.

Es importante reconocer cuándo es hambre, apetito o ganas de un abrazo. Detectar y darnos cuenta que hoy, más que nunca, la alimentación es una poderosa herramienta para fortalecer nuestro cuerpo. Empoderarnos, tomar el control y elegir con consciencia lo que comemos.

No hay ningún alimento, bebida o producto milagroso que prevenga o cure el COVID-19. La única forma de prevenirlo es con aislamiento físico social, responsabilidad social sanitaria, comer variado, muchas frutas y legumbres, y seguir las indicaciones de prevención reforzando las defensas en casa.

Enfocarse en los factores que intervienen en la inmunidad: alimentación, descanso y sueño, estilo de vida, actividad física y estrés.
Sobre Rita Forastier
Rita L. Forastier nació en Posadas, Misiones. Apasionada por la educación alimentaria, estudió la carrera de Instructora en Salud y Alimentación y se recibió además de Wellness Coach.

Desde hace más de 30 años trabaja junto al Dr. Cormillot en educación alimentaria y cambios de hábitos, dando cursos y talleres, entre ellos sobre lactancia materna en hogares de bajos recursos.

A su vez, apoya campañas solidarias y de cuidado del medio ambiente en algunas ONG, participa como voluntaria en el club náutico Hacoaj y está a cargo del Dieta Club Nordelta.

Es autora de los libros “Recetas especiales”, “Cuaderno de Recetas para los bebés y sus mamás” y “Mi cuerpo mi empresa”.
Fuente: El Entre Ríos

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