Cuando personal de Prevención Urbana de la municipalidad intervino, llegaron al lugar dos jóvenes que decían ser los propietarios de los caballos y querían llevárselos.
Tras unos momentos, se presentó allí un amigo de la familia y decidió trasladarlos a su casa, mientras los agentes intentaban labrar un acta de infracción por los animales sueltos.
Los inspectores fueron insultados y amenazados, tanto por los jóvenes como por el hombre que se sumó luego a la disputa, por lo que radicaron una denuncia en la comisaría local.