Sobre el final, Pibernus recurre a una ironía, al sugerir que el libreto del regreso a la presencialidad en Entre Ríos habría sido escrito por el guionista de “Terminator”, “Blade Runner” o “Mad Max”.
Aquí, el textual del dirigente de Agmer:
El “retorno” a la presencialidad escolar en Entre Ríos -anunciado sorpresivamente este lunes 19 para aplicarse a partir de la semana próxima- fue festejado principalmente por los sectores que llamamos “anticuarentena”, algunos incluso lo hicieron con un grito de gol.Hablo de esos sectores que niegan la pandemia, que dicen que el virus es un invento, que hay una conspiración mundial, que usarán la vacuna para implantarnos un chip y demás bravuconadas negacionistas. Los anticuarentena se sienten representados por la medida del Gobierno, mal que les pese a ambos.
Además de cumplir con el ministro de Educación, Nicolás Trotta, el gobernador Gustavo Bordet y el presidente del Consejo de Educación, Martín Müller, cumplieron con lo exigido por banderazos como el del 12 de octubre -que lo tenía como un planteo prioritario- y por referentes llamados “opositores” como el intendente de Chajarí -en donde la cantidad de casos explotó tras aquella viralizada estudiantina de hace un mes- o el legislador Gustavo Hein.
La educación entrerriana siguió funcionando desde marzo a pesar del abandono estatal. Funcionó porque las comunidades se pusieron las escuelas sobre sus hombros, como lo hacen desde hace décadas. Que el gobierno intente reabrir las escuelas es una continuidad de ese abandono, es como un capítulo que vuelve más perversa su relación con la población, pareciera casi un experimento, un “a ver qué pasa”. Las comunidades entrerrianas vamos a enfrentar semejante barbaridad.
Hoy tenemos en Entre Ríos 11.000 casos confirmados de Covid, lo alarmante es que 5.500 de ellos se dieron en el último de los siete meses de cuarentena. El gobierno lanzó ayer descaradamente la reapertura de 47 escuelas en 9 departamentos de la provincia. Pero, por ejemplo, el Director Departamental de Tala, Roberto Ramírez -uno de los departamentos elegidos ayer por Müller- tiene Covid, por lo que está aislada su familia, el personal de la Departamental y el del Concejo Deliberante de Maciá. Sí, Ramírez no dejó títere con cabeza. No es el único caso, también está aislada junto a su familia la directora de una de las escuelas seleccionadas por el CGE para la reapertura. De aquí al lunes seguirá pasando de todo, aparecerán más “sorpresas”, se acelerará el aumento de casos entrerrianos y el Covid tendrá aún más a mano estas poblaciones entrerrianas.
No necesitamos decir que las escuelas están iguales a como quedaron el 16 de marzo, en términos edilicios, sanitarios, de transporte, de organización y salariales. Las y los docentes cobramos lo mismo que hace 10 meses. Las escuelas que lidiaban contra derrumbes, fumigaciones, electrificaciones, falta de cargos, falta de lavandina y agua, son expuestas ahora por el CGE a una pandemia que ya mató a un millón de personas en el mundo. Bordet reabrirá escuelas gastando sólo un poco de tinta de impresora.
Encima, el anuncio no trasluce ningún criterio para esta selección, menos aún ante casos como los dos antes mencionados. La decisión contradice toda justificación científica: no se apoya ni en las Ciencias de la Salud, ni en las de la Educación, ni en la Demografía, ni en las Ciencias Sociales, menos aún en las Ciencias Políticas o en las Ciencias de la Tierra o en la Comunicación. Han usado un bolillero, una copa con papelitos o, lo más probablemente, el mapa de aviesos punteros que suele bancar este tipo de locuras.
El año 2020 está acercando nuestro mundo a aquellas películas futuristas tipo “Terminator”, “Blade Runner” o “Mad Max”, en las que todo es más injusto y más delirante. Estimamos que la reapertura de escuelas en Entre Ríos fue escrita por uno de esos guionistas, que, harto de trabajar en ficción, aceptó ser asesor de Bordet y de Müller. No hay otra forma de entender esta irresponsable medida en contra de la Educación y la Salud públicas, que empuja a entrerrianas y entrerrianos aún más hacia la pandemia y, claramente, a la muerte.
